La Fundación Imagen de Chile, junto a la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica (UC), dieron a conocer una nueva tecnología antisísmica capaz de reducir ocho veces los daños ocasionados por un terremoto sobre los inmuebles.
La iniciativa, que tiene como objetivo ser exportable a otras latitudes, fue posible debido a que Chile es considerado un laboratorio sísmico por sus regulares eventos telúricos, lo que permite a los científicos probar todos los avances con episodios reales.
Según señaló Juan Carlos de la Llera, decano de la Escuela de Ingeniería de la UC y socio fundador de la empresa de diseño Servir, la idea es extraer desde la desgracia una oportunidad de desarrollo científico.
Los ingenieros estructurales analizaron los datos, costos y variables asociadas a la reconstrucción tras un sismo y propusieron soluciones desde dos áreas. La primera de ellas es el aislamiento sísmico.
Cuando tienes un edificio fijo al suelo y comienza a temblar, la estructura vibra y se distorsiona. Entonces lo que queremos es colgar ese edificio para que éste no toque el suelo, precisó. La segunda opción creada es la disipación de energía, basándose en el principio de los amortiguadores en los vehículos.