Infligiendo una nueva derrota a los activistas contra la pena de muerte, la Corte Suprema de Estados Unidos declaró este lunes constitucional un método de ejecución por inyección letal, cuestionado luego de que se usara en varias ejecuciones largas y difíciles.
Cinco de los nueve magistrados de la más alta instancia judicial del país estimaron que las demandas de condenados a muerte en Oklahoma (sur) no demostraron «un riesgo sustancial de sufrimiento» en el caso de la utilización del midazolam, un ansiolítico para dejar inconsciente al condenado antes de administrarle el producto letal.
El más alto tribunal estadounidense concluyó que este método respetaba la octava enmienda, que prohíbe los sufrimientos «crueles e inusuales».
«Los presos no identificaron un método de ejecución alternativo disponible que implique un riesgo de sufrimiento significativamente menor», dijo el juez Samuel Alito al leer la decisión de la mayoría.
La decisión constituye un revés para los opositores a la pena de muerte en Estados Unidos, el único país occidental que aún aplica este castigo.
Alabama, Arizona, Florida, Luisiana, Oklahoma y Virginia recurren al midazolam para aplicar la inyección letal.
«Es difícil imaginarse qué puede ser más cruel o más inusual que una muerte prolongada», dijo Diann Rust-Tierney, directora de la Coalición Nacional para la Abolición de la Pena de Muerte.
Este año se ha ejecutado a 15 presos en Estados Unidos, una cifra inferior a las 25 ejecuciones de 2014, las 39 de 2013, las 43 de 2012 y las 46 de 2011, según el Centro de Información sobre la Pena capital (DPIC). El récord fue en 1999, con 98 ejecuciones.
Washington, Estados Unidos | AFP