En un refugio en la periferia de Bombay, equipos especializados cuidan de las vacas que envejecen. Desde que una ley prohibió su sacrificio, este tipo de centros prolifera en India.
«Les alimentamos, les bañamos y si les pasa algo, nos sentimos mal», explica Sitaram Mangashid, un empleado del refugio Shree Gopala Gaushala.
Este lugar es uno de los 25.000 «gaushalas», o «refugios para vacas», instalados en India para proteger a las reses de toda matanza ilegal o para hacerse cargo de ellas durante sus últimos años de vida.
El refugio acoge 450 vacas, sagradas para los hindúes de India, y se enfrenta a una llegada masiva desde la prohibición hace tres meses de los mataderos bovinos en el Estado de Maharashtra, cuya capital es Bombay.
«Las vacas son como madres para nosotros y es nuestro deber ocuparnos de ellas», explica el secretario del centro, Sudhir Ranade. «No es verdad que la vaca sirva solo para dar leche y que después haya que deshacerse de ella».
La presión ejercida por los hindúes más radicales llevó a que el Estado impusiera esta ley, considerada por las minorías religiosas como un símbolo de su creciente influencia desde la llegada al poder del nacionalista hindú Narendra Modi.
Algunas vacas llegaron al centro de la mano de sus dueños al ser demasiado viejas para el ordeño, otras evitaron la muerte en un matadero ilegal, algunas fueron víctimas de un accidente de carretera o fueron abandonadas después de enfermar al haber comido plástico de la basura.
INDIA – AFP