La Corte Suprema de Canadá anuló disposiciones clave de una ley que criminalizaba la prostitución al prohibir burdeles y buscar clientes en las calles, estimando que comprometían la seguridad física de las prostitutas y violaban sus derechos constitucionales.
Pero la Corte suspendió la aplicación de su decisión por un año, para permitir al Parlamento que considere si impone otros límites a la práctica de la prostitución.
El caso fue llevado a la Corte Suprema por trabajadoras sexuales que alegaban que las restricciones ponían en riesgo su seguridad.
Una corte inferior había encontrado que las medidas eran «arbitrarias y extremadamente desproporcionadas», con lo que estuvo de acuerdo la Corte Suprema.
Agencias