Un tercio de las reservas de agua más grandes del planeta se están vaciando rápidamente a raíz de la actividad del ser humano y no queda claro cuánto líquido contienen, revelaron dos estudios.
Grandes sectores de la población están usando aguas subterráneas sin saber cuándo se van a agotar, alegan los investigadores de un estudio publicado el martes en Internet en el periódico científico Water Resources Research.
«Los métodos de medición físicos y químicos que hoy existen son simplemente insuficientes», declaró el profesor de la Universidad de California en Irving Jay Famiglietti, principal investigador del estudio.
«Dada la rapidez con la que estamos consumiendo el agua de las reservas subterráneas, necesitamos coordinar un esfuerzo global para determinar cuánta agua queda», añadió Famiglietti, que también se desempeña como experto en investigación de aguas en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA.
En el primer estudio, los investigadores estudiaron 37 de los acuíferos más grandes de la tierra entre 2003 y 2013. Ocho de estos fueron clasificados como «sobre-usados», lo cual significa que están siendo vaciadas sin ser naturalmente recargadas para contrarrestar el drenaje.
Se determinó que otros cinco acuíferos eran «extremadamente o altamente usados».
Los científicos advirtieron que la situación va a recrudecer con el cambio climático y con el crecimiento demográfico. Los acuíferos más sobrecargados se encuentran en los lugares más secos del mundo, donde hay muy poco reabastecimiento natural.
Según el segundo estudio, no se conoce el volumen total del agua subterránea restante en el mundo y las estimaciones de los diferentes científicos discrepan sobre los años restantes «hasta llegar al agotamiento».
«No sabemos cuanta agua contiene cada uno de estos acuíferos. Las estimaciones pueden variar entre décadas y milenios,» señaló Alexandra Richey, la principal autora de los dos estudios.
«Estamos intentando activar una alerta ahora para señalar donde una gestión activa hoy podrá proteger vidas y el sustento de la población en el futuro.»
Washington, Estados Unidos | AFP