En Kazajistán un maestra perdió los estribos rapó a un estudiante y después escribió en su frente la palabra "perdedor", además ordenó que ninguno de sus compañeros lo ayudara a quitársela.
El maltrato ocurrió el 10 de septiembre y el niño, víctima de este atropello educativo, pasó el resto del día en un bosque.
La profesora queriendo salir ilesa del asunto quiso convencer a sus alumnos de no comentar nada, ofreciéndoles excelentes calificaciones en álgebra en el primer trimestre del año.
Sin embargo a los diez días del incidente y al saberse lo que había pasado la maestra fue acusada de "perpetrar un acto inmoral que no era compatible con un empleo de funciones educativas", además de ser despedida junto con el director del plantel estudiantil.