Una empleada introdujo objetos de contrabando a una cárcel de alta seguridad en Estados Unidos que sirvieron a dos reos para protagonizar una fuga de película y mantenerse prófugos desde hace siete días.
La empleada de la cárcel de Dannemora, Joyce Mitchell, quien se desempeñaba como modista, «suministró equipamiento o herramientas» que permitieron a los dos fugitivos, considerados como extremadamente peligrosos, escaparse de la cárcel situada en el norte del Estado de Nueva York, afirmó este viernes a la cadena CNN Andrew Wylie, fiscal del municipio de Clinton.
«No voy a entrar en detalles de qué exactamente fue introducido en la cárcel», agregó el fiscal. Pero la mujer «no llevó herramientas eléctricas (…) según nuestra investigación», precisó Wylie.
El fiscal descartó de esta forma la hipótesis de que se les habría suministrado a los dos presos el material necesario para perforar las paredes de las celdas, por donde luego se escabulleron.
A pesar de las operaciones de búsqueda, a las que se destinó una fuerza de más de 500 policías, guardias de cárceles, guardabosques y otros efectivos federales, los dos asesinos se mantienen prófugos desde el sábado sin poder ser localizados.
La empleada del penal habría suministrado además a los detenidos, que eran vecinos de celda, hojas metálicas de serruchos, dos pares de lentes con linternas y brocas (mechas de taladro), según fuentes policiales citadas por CNN.
Los reos escaparon tras perforar las paredes de sus celdas y de haber cortado gruesas cañerías metálicas con aparatos eléctricos, antes de abrirse camino en medio de un laberinto de túneles debajo de la cárcel y, finalmente, salir a una calle adyacente a la prisión desde una cloaca.
David Sweat, de 35 años, cumplía cadena perpetua por el asesinato de un asistente del sherif del Estado de Nueva York en 2002.
Richard Matt, de 49 años, cumplía una pena de 25 años por haber secuestrado en 1997 a su exjefe laboral, de 76 años, a quien golpeó hasta la muerte y luego descuartizó.
Nueva York, Estados Unidos | AFP