Un grupo de académicos del MIT modificaron genéticamente la bacteria para que brille al entrar en contacto con tumores, fulgor que se puede observar en la orina de los pacientes.
Científicos lograron modificar genéticamente un probiótico presente en la mayoría de los yogurts para que ayudar a diagnosticar la presencia de tumores en el hígado.
Se trata de la versión Nissel 1917 de la bacteria escherischia coli, el que fue modificado para que la galactosa y luciferina que están en su composición se separen al entrar en contacto con los tumores, creando un fuerte fulgor que queda en evidencia en la orina de los pacientes.
El avance fue logrado por especialistas del Massachusetts Institute of Technology (MIT), en conjunto con la Universidad de California, y acarrea grandes mejoras para descubrir el cáncer en forma temprana.
«Hay una gran necesidad de detección de la metástasis del hígado en etapas iniciales, ya que hay muchos métodos para tratarlas en esa fase», dice Sangeeta Bhatia, una de las autoras de la investigación.
De acuerdo a Bathia, el hígado es un órgano clave para la detección de la enfermedad, ya que en él se producen metástasis frecuentemente, incluso cuando el cáncer afecta a otras partes del cuerpo.
La investigación fue publicada en la revista científica Science Translational Medicine en mayo de este año.