La votación en Irlanda para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo fue una «derrota para la humanidad», dijo un alto funcionario del Vaticano en la primera reacción de alto nivel desde la Santa Sede ante el histórico referéndum de la semana pasada.
Parolin, el diplomático de más alto nivel del Vaticano, agregó que el resultado del referéndum mostró que la Iglesia necesita mejorar la forma en que predica el mensaje cristiano.
Los comentarios del cardenal italiano remarcaron el impacto generado por la votación en la Irlanda tradicionalmente católica para permitir que los homosexuales se casen.
Después de la votación, el arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, dijo a la radio RTE de Irlanda que «la Iglesia necesita hacer un chequeo de la realidad».
El papa Francisco ha usado un tono más empático hacia los homosexuales que muchos católicos conservadores. Poco después de ocupar el trono de San Pedro, dijo: «Si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?».
Sin embargo, el pontífice nacido en Argentina no ha mostrado señales de aliviar su férrea desaprobación del matrimonio homosexual o de cambiar la doctrina de la Iglesia que dice que los actos homosexuales son intrínsecamente pecaminosos, pese a que la homosexualidad en sí no lo es.
En Italia, el Gobierno del primer ministro Matteo Renzi se está preparando para presentar legislación que permitiría las uniones civiles entre parejas gay, aunque no hay planes para permitir matrimonios en toda regla.
El referéndum irlandés ha impulsado los llamados a que Alemania, que permite las uniones civiles entre personas del mismo sexo, vaya más allá y legalice el matrimonio entre homosexuales.
Agencias