Los profesores de Francia iniciaron el martes una huelga para protestar contra nuevas medidas para reformar al sistema escolar del país, en la más reciente prueba a la determinación del presidente François Hollande para impulsar dichas reformas.
La escolaridad es un tema particularmente delicado en Francia, que se jacta de tener un acceso igualitario a la educación, y el plan para revisar la enseñanza secundaria enfrenta la oposición de la mayoría de la ciudadanía, de los conservadores e incluso de parte de la izquierda oficialista.
Incluso la canciller alemana, Angela Merkel, ha planteado el tema a Hollande por temor a que la enseñanza del idioma alemán sufra un revés en la reforma.
El plan, calificado por un diputado conservador como «un naufragio para Francia», es darle a las escuelas mayor margen y libertad sobre lo que enseñan, promover la enseñanza interdisciplinaria y contrarrestar el elitismo que quienes respaldan la reforma dicen que no sirve a la mayoría de los estudiantes.
Los 840.000 maestros de Francia -un bastión tradicional de respaldo al Partido Socialista- se oponen en su mayoría a la reforma, según sus sindicatos, pues temen que aumente la competencia entre escuelas y, por lo tanto, acabe exacerbando la desigualdad.
Los críticos han apuntado sus dardos contra la ministra de Educación, Najat Vallaud-Belkacem, de 37 años, hija de marroquíes de clase trabajadora y una estrella en ascenso en el Gobierno, considerada a menudo como una historia de éxito en los esfuerzos de integración en Francia.
La ministra respondió calificando a algunos de sus críticos de «pseudointelectuales», un insulto que ha enfurecido a muchos en el estamento académico en un país en que intelectuales y filósofos aparecen a menudo en los medios de comunicación.
PARÍS, (Reuters)