Un total de 1.067 personas han sido infectadas por el virus del chikungunya desde noviembre de 2014, cuando se detectaron los primeros casos de contagios autóctonos en el país. Los estados más afectados son Guerrero, Chiapas y Oaxaca, las tres entidades ubicadas en el sur de México, cuya situación ha puesto en alerta a las autoridades. El chikungunya es una enfermedad contagiosa que transmiten al hombre los mismos mosquitos que provocan el dengue (Aedes aegypti y Aedes albopictus) y no hay vacuna que la prevenga o tratamiento específico contra ella.
La expansión del virus en los Estados más pobres y atrasados del país en las últimas semanas (creció un 17,9% del 25 de abril al 2 de mayo) ha hecho que la Secretaría de Salud ponga en marcha operativos de fumigación en zonas de Acapulco y Zihuatanejo, dos puertos de la costa guerrerense situados a unas 4 horas de distancia el uno del otro. Según datos de la dependencia sanitaria, en la zona se han detectado 586 casos positivos de fiebre del chikungunya, las cifras más elevadas del país. Le siguen Oaxaca (243) y el vecino Chiapas, en la frontera con Guatemala (224). Hay además 13 casos en Colima y uno en Coahuila.
Las autoridades insisten que con la llegada de las lluvias y el calor las fumigaciones no serán una medida suficiente para contener el virus si la población no ayuda limpiando los patios y evitando tener artículos que alojen al vector transmisor. Sin embargo, las recomendaciones vienen precedidas de un mensaje de tranquilidad: Nunca se debe bajar la guardia en temas de salud pública. Cuando hay una emergencia sanitaria, como la registrada por el virus de gripe AH1N1 en 2009, el personal de salud puede actuar, explicó a la prensa hace unos días el subsecretario de Salud federal, Pablo Kuri Morales, quien aseguró que México está preparado para una nueva pandemia.
Agencias