Los militares franceses comenzaron hoy las operaciones de desarme forzoso de los exrebeldes del grupo Séléka y otras milicias que han atacado a la población civil desde el pasado jueves en Bangui, capital de la República Centroafricana (RC).
Bajo una fuerte lluvia, los soldados de la Operación Sangaris desarmaron a milicianos, recuperaron un número indeterminado de armas de guerra y neutralizaron a miembros de grupos armados cuyos enfrentamientos han causado al menos 400 muertos.
«La operación está aún en curso», declararon a Efe fuentes militares francesas, que rehusaron precisar el material incautado a las milicias.
Al anunciar la operación el pasado domingo, las autoridades francesas afirmaron que han dado consignas a sus soldados para neutralizar a todos los milicianos que se opongan al desarme.
«Hemos detenido a algunos elementos recalcitrantes que se encuentran actualmente en buenas manos», aseguraron a Efe las fuentes militares francesas.
Esta operación de desarme forzoso recibió hoy el aplauso de la población de Bangui. «Nos alivia ver desarmados a quienes nos han sumido en la desgracia y pedimos al Ejército francés que continúe esta operación hasta el desarme total», dijo a Efe Severin Garba, vecino del barrio Camp des Castors, en el quinto distrito de Bangui.
El presidente de la transición de la RC, Michel Djotodia, pidió el sábado a todos los miembros de Séleka, grupo que él teóricamente lidera, que se reintegren en los cuarteles del Ejército centroafricano.
Sin embargo, algunos efectivos de Séléka han desoído la orden y hoy seguían recorriendo las calles de la capital y cometiendo abusos contra la población civil.
En las últimas semanas, se han registrado choques entre partidarios de Séléka, que el pasado marzo dio un golpe de Estado que derrocó al presidente François Bozizé, y sus partidarios, agrupados en las milicias de autodefensa «Anti-Balaka» («antimachete» en sango, la lengua nacional).
Los enfrentamientos se intensificaron el pasado jueves tras los ataques de «Anti-Balaka» horas antes de que la ONU autorizase la intervención militar de Francia, junto a una fuerza africana, para proteger a la población civil y restablecer el orden en el país.
Los «Anti-Balaka» (cristianos) han atacado a civiles musulmanes, confesión de los miembros de Séléka pero minoritaria en el país, lo que ha provocado represalias.
La crisis en la República Centroafricana comenzó el pasado 24 de marzo, cuando Bangui fue tomada por los rebeldes de Séléka, que asumieron el poder en el país tras la huida de Bozizé al exilio y se formó un Gobierno encabezado por Djotodia.