En Marinaleda, un pueblo situado a 70 kilómetros de la ciudad de Sevilla, en el sur de España, no hay Policía ni desempleados. Los 2.700 habitantes de la localidad han logrado materializar el sueño anticapitalista.
En este pueblo andaluz «hay más retratos del Che Guevara que en una ‘boutique’ de camisetas de Nueva York», escribe Sohrab Ahmari, columnista de ‘The Wall Street Journal’.
Se puede afirmar que el pueblo vive en un mundo comunista. Por trabajar 35 horas a la semana en una cooperativa agrícola todos los trabajadores reciben 1.200 euros mensuales, independientemente de su puesto.
Para obtener una vivienda solo hay que firmar un acuerdo con el municipio, que la proporciona a cambio de un alquiler de 15 euros al mes.
En las plazas y edificios de Marinaleda el arte y los lemas socialistas son omnipresentes. Un mural muestra una escena en la que unos jornaleros prenden fuego a tanques y misiles Pershing estadounidenses. Un gran grafiti llama a la guerra contra el capitalismo. A esto se suma el lema del escudo del pueblo: ‘Una utopía hacia la paz’.
El alcalde de este oasis utópico, Juan Manuel Sánchez Gordillo, ocupa el puesto desde 1979, cuando la localidad fue poblada por jornaleros pobres sin perspectiva alguna.
Pese a ser uno de los alcaldes del país que más años llevan en el cargo, ahora este Robin Hood español aspira a gobernar Marinaleda cuatro años más.