China se ha propuesto poner fin a la celebración de espectáculos de striptease en los funerales, una práctica que en los últimos años se ha vuelto habitual en zonas rurales del país y con la que se buscaba atraer el mayor número posible de asistentes a las exequias.
El Ministerio de Cultura del país asiático emitió una circular en la que advierte que los organizadores de estos espectáculos serán «severamente castigados», después de que en los últimos días se publicaran en los medios varias fotografías y videos sobre este tipo de chocantes funerales.
«Estos espectáculos exóticos son buena muestra de las trampas que la vida moderna tiene en China, donde la vanidad y el esnobismo prevalecen sobre la tradición», advirtió el Ministerio en la ordenanza publicada por la agencia oficial Xinhua.
No es la primera vez que el gobierno chino intenta poner fin a esta costumbre, y ya en 2006 se lanzó una campaña similar a raíz de que la televisión estatal CCTV grabara y emitiera imágenes de varios de estos espectáculos eróticos, aunque al parecer la caza y captura de «strippers» no tuvo el éxito esperado por las autoridades.
Nueve años después sigue siendo habitual que en los funerales de zonas rurales chinas se contrate a artistas de espectáculos eróticos para atraer el mayor número posible de personas en las despedidas de seres queridos, ya que se considera que cuanto mayor es el público aunque haya desconocidos más honrados quedan los antepasados.
Los artistas suelen montar una carpa en cuyo interior chicas jóvenes cantan y bailan al son de la «suona» (una típica trompeta china que suele tocarse en los funerales), a veces vestidas de forma sugerente, cuando no en ropa interior o totalmente desnudas.
Una gran foto del fallecido suele presidir estos actos, aunque en algunos casos puede estar presente incluso el ataúd con el finado, ya que algunos piensan que desde la vida de ultratumba aún puede disfrutar del «show».
Las empresas que celebran este tipo de eventos suelen cobrar unos 2.000 yuanes (alrededor de 320 dólares o 300 euros) y es frecuente que actúen en dos o tres funerales cada mes, dada su creciente popularidad.
La campaña se inicia poco después de que se detuviera al responsable de una de esas compañías por organizar un espectáculo con chicas ligeras de ropa en el funeral de un anciano en Handan, localidad del norte de China próxima a Beijing.
Aunque estas prácticas en China y Taiwán son relativamente modernas, descansan en milenarias tradiciones que consideran que es bueno para el finado, en su tránsito al más allá, que su despedida tenga un cariz alegre y festivo, con grandes banquetes, carrozas, música animada y, últimamente, algo de «picante».