Según investigaciones de la Dirección Antidrogas de la Policía del Perú (Dirandro), una filial del cártel mexicano de Sinaloa opera en Bolivia. Por ello sostiene que Ángel Roca Rivera, piloto boliviano que murió el fin de semana en suelo peruano cuando transportaba droga, era parte de ese grupo.
El viceministro de Régimen Interior, Jorge Pérez, declaró que «no existen indicios de la presencia de ningún cártel internacional de narcotráfico en Bolivia».
La filial boliviana supuestamente envía cargamentos de cocaína peruana a Europa, vía Brasil. Los principales destinos de la mercadería ilegal son las ciudades de Madrid y Barcelona, en España; así como Amsterdam, en Holanda.