El pasado marzo fue el mes con más homicidios en El Salvador de los últimos doce años, una realidad que algunos ven como el resultado del desmoronamiento de una tregua entre las pandillas y el posible preludio de una intensa confrontación entre los pandilleros y las fuerzas de seguridad.
Según cifras de la Policía Nacional Civil, en marzo se registraron 481 homicidios en el país. Un promedio de 15,5 al día. Y abril no parece iniciar mejor: sólo en los primeros cinco días se registraron 73 asesinatos, de nuevo 15 diarios. Si la violencia no se frena, El Salvador superará en breve a Honduras como el país sin guerra declarada con más homicidios per cápita del mundo.
Mientras las autoridades aseguran que el incremento de homicidios se debe una maniobra de las pandillas para obligar a negociar al gobierno, otros consideran que es una reacción de los líderes de las pandillas contra la política de mano dura aplicada tras el fracaso de la tregua entre la Mara Salvatrucha y Barrio 18, que comenzó durante el gobierno anterior en la primera mitad de 2012.
El nuevo gobierno del ex líder guerrillero, Salvador Sánchez Cerén, asumió a mediados de 2014 y abiertamente se ha manifestado en contra de cualquier proceso de negociación con las pandillas, que según diversos informes podrían tener hasta 70.000 miembros, 10.000 de ellos encarcelados, en un país de seis millones de habitantes.
Desde que tomó posesión la nueva administración, no sólo se ha revertido cualquier medida favorable a los pandilleros en materia de concesiones penitenciarias sino que envió a los líderes pandilleros de vuelta a las cárceles de máxima seguridad. Su gobierno también reformó la ley con el objetivo de que los policías puedan llevarse sus armas a casa.
Muchos de los ataques de las pandillas se han dirigido a la policía. En lo que van del año los pandilleros han matado a 20 policías frente a los 39 que asesinaron el año 2014, según datos oficiales.
SAN SALVADOR, El Salvador (AP)