A partir de este sábado el pueblo judío conmemora su Pascua (en hebreo Pésaj), durante una semana para recordar el fin de la esclavitud y el éxodo del Egipto faraónico.
De acuerdo a la tradición los judíos se abstienen de comer pan, productos leudados y cualquier alimento fermentado por una semana para recordar cómo se libraron del yugo del faraón Ramsés hace unos 3 mil 500 años de la mano de Moisés.
Dicha conmemoración también marca el inicio de la primavera, es una de las festividades más alegres del calendario hebreo y una de las tres en las que se solía peregrinar al antiguo Templo de Jerusalén para realizar ofrendas, razón por la que la llamada ciudad santa se convierte estos días en epicentro de las visitas.
Las tradiciones como no comer productos leudados y recordar el relato bíblico en la cena principal a través de la «Hagadá», epopeya destinada a transmitir el mensaje de generación en generación, son seguidas por amplios sectores en Israel, incluidos laicos. Muchos judíos que siguen el ritual limpian a fondo los hogares para deshacerse de las más minúsculas migas, al que sigue la venta simbólica de los productos prohibidos a un gentil y la quema del «jametz», esto es, de los restos del pan en hogueras. En el ámbito político, la festividad se produce luego de que se haya constituido el nuevo Parlamento escogido el pasado 17 de marzo, y en plena negociación para la formación del próximo ejecutivo, que volverá a liderar Benjamín Netanyahu.
Agencias