El presidente Barack Obama reivindicó ante la Asamblea General de la ONU la idea de la excepcionalidad de EE.UU., previamente planteada ante el Congreso y censurada por su par ruso Vladímir Putin. La ola de críticas en Internet no se hizo esperar.
En un resumen de las reacciones que provocó en la prensa esta polémica, el columnista del sitio de análisis 'Odnako', Román Nósikov, coteja las opiniones en pro y en contra de ambas posturas. Incluso por parte de los estadounidenses, dice, en comentarios llenos de reflexión y no unánimes, en ningún otro momento el líder ruso recibió tanto apoyo.
Son parte del mundo saliente, los titanes del caos, que miran asustados cómo un mundo nuevo se eleva sobre lo que han hecho
Destaca opiniones como la del ex secretario del Tesoro Paul Craig Roberts, quien admitió: "Esta declaración revela un gran cambio de papeles en la historia de la humanidad. Putin se ha afirmado en el papel de líder del mundo libre, como defensor del poder de la ley, mientras que a Obama lo perciben como el líder de un país fraudulento, arbitrario, que desata guerras y resulta aislado por la comunidad mundial".
En opinión del propio bloguero, la excepcionalidad estadounidense sí fue una realidad en su etapa de formación de la nación. Es que a diferencia de la mayor parte de los países, EE.UU. se formó en el amanecer del capitalismo y en medio del progreso técnico acelerado.
Debido a eso, "la Constitución de EE.UU. es un manifiesto del capital". Asimismo, dice, "la filosofía de EE.UU. es la del dinero". "La política de EE.UU. es la del dinero", adelanta y "la autoridad en EE.UU. es el poder del dinero". Y por esa misma razón la idea de la excepcionalidad está perdiendo su vigencia.
"Si todo estuviera bien entre los estadounidenses, si fueran tan vigentes y bien adaptados, se podría hacer caso omiso a las palabras de Putin", sostiene el bloguero. Pero su artículo "constató una cosa muy desagradable: el mundo ha cambiado". "Se han alterado las condiciones y las reglas del juego", precisa. "En estas nuevas condiciones EE.UU. ya no es una fiera ejemplar, sino un modelo caducado, afectado por la codicia, el ocio, el pan y el circo, las empresas hipotecarias y la máquina de dólares: todo aquello que consigue el ganador a cuenta de los vencidos".
A juicio de Nósikov, Washington prestó un servicio excepcional a los rusos al demoler la Unión Soviética y destruyendo la economía y las instituciones estatales en su territorio. "No nos dejaron nada en nuestro pasado, en lo que pudiéramos sostenernos. Eso significa que tenemos más oportunidades para corresponder a la situación en el mundo, que ha cambiado".
Esta situación, dice, es "mucho más apropiada para construir aquel país que no pudimos acabar en la ocasión anterior. Lo favorecería más el nivel del progreso alcanzado, de la informatización de los pobladores y de la globalización".
"Desde EE.UU. se entiende. Pero ellos no pueden cambiar. Son parte del mundo saliente, los titanes del caos, que miran asustados cómo un mundo nuevo se eleva sobre lo que han hecho; este mundo cuenta con sus propios dioses (…) Y los titanes mueren junto al mundo viejo", resume el bloguero.