Una mujer durmió en la misma cama con el cadáver putrefacto de su marido, que había fallecido hacía un año, en la casa que compartían en la localidad belga de Leige.
El hombre, identificado como Marcel H., murió el 19 de noviembre de 2012 a los 79 años producto de un ataque de asma.
La mujer, cuyo nombre no trascendió, nunca pudo procesar la pérdida de su marido y no llamó a la policía. El hecho salió a la luz porque inspectores municipales fueron al domicilio por una deuda.