Doña Juana Bautista Paz Quintero de 53 años de edad, por varios meses silenció el maltrato intrafamiliar que vivía al lado de sus verdugos, hasta que la última agresión propinada por su hijo y nuera respectivamente, la llevó a un cuadro depresivo que la obligó a intentar quitarse la vida al ingerir múltiples fármacos.
La mujer quien se encuentra en estado delicado en la sala de observación del Hospital España, dijo que todo inició desde que heredó en vida a su pequeño nieto de un año y medio. Ahora quieren sacarla de la humilde vivienda que construyó con sacrificio en el sector La Línea, terreno que se ubica al sureste de la ciudad de Chinandega.
Lesly Paz lamenta la situación que vive su mamá, «no es justo que por la ambición de mi hermano y su mujer mi madre se muera. Los 20 de cada mes mi madre tiene que pagar las deudas en la venta porque son un par de malcriados y mantenidos, ninguno trabaja y viven de la pensión que ella recibe», aseguró.
Al igual que Juana Paz miles de mujeres enfrentan este tipo de violencia, sin embargo, algunas optan por el suicidio para escapar de las agresiones que son otro tipo de escenarios de la violencia que se vive en algunos hogares nicaragüenses.
Belkiss Medina