Sindicatos brasileños y partidarios de la presidenta Dilma Rousseff se manifestaron el viernes en varias ciudades del país, principalmente para respaldar a la paraestatal Petrobras en medio del escándalo de corrupción que enfrenta, pero también para apoyar a su líder.
Las manifestaciones se dieron antes de las protestas contra Rousseff planeadas para el domingo, que han generado gran interés en las redes sociales.
La compañía petrolera está en el centro de lo que los procuradores federales llaman el mayor ardid de corrupción que se haya descubierto en la historia de Brasil. Los investigadores señalan que las mayores empresas de construcción e ingeniería del país pagaron al menos 800 millones de dólares en sobornos y otros fondos a ejecutivos de Petrobras y políticos a cambio de contratos inflados con la petrolera. Parte de ese dinero supuestamente fue canalizado a las arcas de campaña del Partido de los Trabajadores y sus aliados.
«Estamos todos aquí para defender a Petrobras de aquellos que utilizan el escándalo de corrupción para desmoralizarla y privatizarla. Esto es algo que no aceptamos y pelearemos para evitar que suceda», dijo Natael Mendes, un obrero de la industria metalúrgica y sindicalizado de 32 años que se reunió junto a cientos de inconformes en una importante avenida de Sao Paulo. «El escándalo debe ser investigado y los culpables deben ser castigados. Pero no puede ser utilizado para justificar la destrucción de Petrobras».
Otra manifestante en Sao Paulo, Lais Mendonza, una costurera, dijo que asistió a la marcha para respaldar a Rousseff por lo que su Partido de los Trabajadores ha hecho para ayudar a los brasileños pobres desde que tomó el poder en 2003.
«Ella y el PT están siendo atacados por todos lados por los ricos, que no pueden aceptar lo que han hecho para ayudar a los pobres», comentó Mendonza.
SAO PAULO (AP)