London, Reino Unido | AFP | Los nueve millones de londinenses tendrán prohibido reunirse con familiares y amigos en espacios cerrados a partir del sábado, la mayor restricción a la vida privada impuesta actualmente en Europa para luchar contra la segunda ola de coronavirus.
Londres y otras siete pequeñas zonas de Inglaterra pasarán en la medianoche del viernes al nivel de alerta "alto", anunció el jueves el ministro de Sanidad, Matt Hancock.
Este nivel, que implica la prohibición de encontrarse en lugares cerrados con familiares y amigos con quienes no se conviva, incluirá ya así a la mitad de los 56 millones de habitantes de Inglaterra.
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País más castigado de Europa por el coronavirus, el Reino Unido tiene ya más de 43.000 muertes confirmadas por covid-19 y el número de contagios ha aumentado rápidamente en los últimos días hasta casi 20.000 diarios.
"Podría haberse evitado"
En las calles de Londres, la noticia fue recibida con reacciones mitigadas.
"Dada la situación, creo que es normal", las restricciones "son muy importantes y se están extendiendo" como "la única solución", dijo a la AFP James Asante.
Pero otro londinense, Malcolm Howell, aseguró "seguir las reglas para ser un buen ciudadano y evitar una multa". "Pero en mi opinión para empezar no habría que imponerlas", agregó.
El número de infecciones en Londres "se está duplicando cada diez días", subrayó Hancock, lamentando tener que tomar "algunas de las medidas más difíciles adoptadas por un gobierno en tiempos de paz".
Sin embargo, Jonathan Ashworth, responsable para cuestiones de salud en el opositor Partido Laborista, le reprochó que "mucho de esto podría haberse evitado" si el gobierno conservador hubiese aprovechado el verano para desplegar un sistema de testeo y rastreo eficaz.
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Y se preguntó "cuánta más gente tiene que morir" para que el ejecutivo de Boris Johnson aplique un confinamiento nacional de dos semanas con que "romper el circuito" de contagios como aconsejaron sus expertos científicos a finales de septiembre.
Johnson asegura que este sería un "desastre", que tendría catastróficas consecuencias económicas tras la histórica recesión provocada por el primer confinamiento.