Francia: Maestros podrán quitarse la mascarilla si están a dos metros

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París, 21 ago (EFE).- Los profesores en Francia podrán quitarse la mascarilla cuando estén ante los alumnos si eso facilita las clases y siempre que mantengan una distancia de al menos dos metros, explicó este viernes el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer.

"Nuestra recomendación es llevar mascarilla, pero si eso dificulta la clase y si se respeta esa distancia importante de dos metros, entonces existe esa posibilidad", indicó a la prensa durante una visita a una escuela del departamento de Oise (noroeste).

El ministro afirmó que es una cuestión de "sentido común", después de admitir que en ciertas ocasiones la mascarilla puede dificultar el desarrollo de la clase teniendo en cuenta que el profesor habla a los escolares durante horas.

 

Los niños, por su parte, tendrán que llevar mascarilla a partir de los 11 años "de forma sistemática" en todos los espacios cerrados de los centros educativos.

Escenarios de evolución epidémica 

Blanquer contó que se han preparado diferentes escenarios en función de cómo evolucione la situación epidémica en cada lugar. "En el caso más extremo" se llegará al cierre de una escuela y a la activación de la educación a distancia para todos sus alumnos.

Otra posibilidad es organizar clases presenciales con solo con una parte de los escolares presentes, mientras el resto seguirían desde casa.

De momento, ninguno de esos dispositivos se aplicarán cuando comience el curso escolar a partir del 1 de septiembre, ya que está previsto dar clases a todos los alumnos.

En algunos lugares donde el número de contagios es muy superior a la media, como Marsella o París, lo que sí se contempla es evitar que entren en contacto escolares de diferentes clases, para lo cual serán los profesores los que se desplacen de un aula a otra.

El ministro confirmó que el Estado no pagará las mascarillas de los alumnos, sin excluir que se puedan hacer excepciones para familias con dificultades económicas.

Francia vive un claro recrudecimiento del número de contagios, que han aumentado un 40 % en una semana, como lo recordó este viernes el ministro de Sanidad, Olivier Véran, durante un desplazamiento al departamento de Lozère (sur), el menos golpeado de Francia hasta ahora por el coronavirus.

Hay 4.748 personas hospitalizadas por la COVID-19, muy lejos de las casi 32.300 durante el pico que se alcanzó a mediados de abril.