El Gobierno portugués anunció hoy nuevas restricciones en Lisboa y varios municipios de su cinturón metropolitano ante el aumento de casos de COVID-19 en la zona y la alarma creada por la proliferación de fiestas ilegales con cientos de jóvenes.
La región de Lisboa y el Valle del Tajo concentran al menos dos tercios de los nuevos contagios diarios de todo el país, en especial los municipios de Lisboa, Sintra, Odivelas, Amadora y Loures, que aglutinan a 1,4 millones de habitantes.
En estas localidades se impone a partir de la próxima medianoche la prohibición de reuniones de más de 10 personas, los comercios deberán cerrar a las 20.00 salvo restaurantes, que podrán dar cenas-, se suspende también la venta de bebidas en las áreas de servicio para evitar los populares "botellones" en la vía pública y se exigirá un mayor control de las medidas de seguridad en los centros comerciales.
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El Gobierno ya ha anunciado un refuerzo de la vigilancia policial para asegurar el cumplimiento de estas directrices y evitar las improvisadas fiestas, que se han multiplicado en distintos puntos del país durante el fin de semana.
"Tiene un coste brutal para la seguridad social y un peligro inmenso para la seguridad pública", ha dicho el primer ministro, António Costa, sobre estos encuentros masivos, que pueden favorecer un brote que pone en peligro "la libertad de todos, el empleo de todos y los ingresos de todos".
Los brotes que se están registrando en las residencias de ancianos son el otro gran foco de preocupación para las autoridades sanitarias lusas.
Al caso de la residencia de Reguengos de Monsaraz (Alentejo), con 56 positivos, se sumó hoy el de un centro en Odivelas, en las proximidades de Lisboa, con otros 87 contagios.
Portavoces del Santuario de Fátima, donde 16 empleados y colaboradores han dado positivo, se han apresurado a asegurar que los enfermos no han estado en contacto con los feligreses que han acudido al recinto en las últimas semanas.
Portugal, que tuvo un buen inicio en el control de la pandemia, suma 1.534 fallecidos y 39.400 contagios por COVID-19. EFE