El gobierno británico prevé que los recién llegados al país respeten 14 días de aislamiento obligatorio, pese a la creciente presión para que se aligeren las restricciones impuestas con el fin de luchar contra el coronavirus, informó la prensa el sábado.
Salvo aquellas personas que entren desde Irlanda, todos los recién llegados por avión, tren o barco deberán permanecer aislados dos semanas, informó el Times este sábado.
Para ello se realizarán verificaciones puntuales de la dirección suministrada por los viajeros y habrá sanciones, que pueden ser una multa de 1.000 libras (1.100 euros, 1.200 dólares) o directamente la expulsión del país, según este diario, que apunta que el primer ministro, Boris Johnson, va a anunciar esta medida el domingo.
La BBC adelanta además que estas dos semanas de aislamiento entrarán en vigor a finales de mayo, citando fuentes gubernamentales y al organismo de la industria aeronáutica Airlines UK.
Un portavoz de ese organismo pidió "garantías de que esa decisión esté basada en la ciencia y de que el gobierno tenga un plan de salida creíble".
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El sector aeronáutico, muy golpeado por la crisis, quiere que esa medida drástica sea revisada periódicamente.
"Tendrá un efecto catastrófico sobre la aviación, el turismo y el sector hotelero", predijo por su parte la responsable de la asociación de operadores de aeropuertos, Karen Dee.
Johnson se pronunciará el domingo sobre una posible flexibilización del confinamiento, decretado el 23 de marzo, pero todo indica que no habrá modificaciones importantes.
"No habrá cambios espectaculares de un día para otro. Seremos muy muy prudentes cuando comencemos a levantar las restricciones porque los datos que tenemos cada día muestran que no nos hemos librado de esta", previó el ministro de Medio Ambiente, George Eustice, en una comparecencia ante los medios el viernes para analizar la situación de la COVID-19 en el país.
El Reino Unido, con unos 31.200 fallecidos, es el segundo país del mundo con más decesos por la COVID-19 por detrás de Estados Unidos.