La cantante Pink confesó que ella y su hijo Jameson se encuentran estables luego de dar positivo a la prueba de coronavirus. Después de pasar por esta situación, la artista sintió temor ya que la peor parte la llevó su primogénito, quien es considerado población vulnerable.
En ese sentido, cuestionó que el Gobierno de Donald Trump no masifique las pruebas para descartar el COVID-19 en Estados Unidos.
“Esta enfermedad es grave y real. Las personas necesitan saber que la enfermedad afecta a jóvenes y adultos mayores, sanos y no saludables, ricos y pobres, y debemos hacer pruebas gratuitas y más accesibles para proteger a nuestros hijos, nuestras familias, nuestros amigos y nuestras comunidades".
Sin embargo, Pink tuvo una entrevista con su amiga, la escritora Jen Pastiloff donde narró esta experiencia que la dejó con varias enseñanzas. La intérprete de “Try”, inició contando que sufrió mucho ver a su hijo postrado en la cama:
“Hemos estado muy, muy enfermos (…). Mi hijo de 3 años, Jameson, ha tenido lo peor. He pasado muchas noches llorando y nunca he rezado más en mi vida. En un momento me escuché decir: ‘Pensé que nos prometieron que nuestros hijos estarían bien’. Y no está garantizado. No hay nadie que esté a salvo de esto”.
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Jamerson tuvo “fiebre durante tres semanas, diarrea, luego estreñimiento, vómitos pálidos e indiferentes, letárgicos y todas las cosas que te asustan como madre”, continuó la artista con un tono preocupado.
Además, aseguró que las personas que se sienten curadas, no es que en realidad lo estén, sino que es una etapa que se debe pasar ya que el coronavirus viene con más fuerza: "Justo cuando crees que estás mejor, sucede algo más. Han pasado tres semanas para mí, cuatro semanas para él (su hijo)”.
A pesar de ello, Pink confiesa que se encuentra estable y su hijo Jamerson también, y que la peor parte ya pasó.