Una mujer se negó a recibir un respirador artificial que podría salvarle la vida y decidió darle la oportunidad de sobrevivir a una persona más joven víctima del coronavirus en Bélgica.
Suzanne Hoylaerts dijo al equipo médico que “había tenido una buena vida y no estaba preocupada de morir en absoluto”. Sostuvo que era mejor utilizar el aparato de respiración en personas jóvenes que lo necesitaran más que ella. “Guárdalo para los más pequeños que lo necesitan, ya he tenido una vida hermosa”, aseguró la veterana mujer.
La anciana de 90 años, oriunda de Lubbeek, comenzó a tener dificultad para respirar, pero nunca presentó fiebre ni tos. Su hija Judith, preocupada por su situación, la llevó al médico a principios de marzo.
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En una declaración al diario belga Het Laatste Nieuws, Judith informó que su madre fue hospitalizada por neumonía. Los médicos le realizaron pruebas y determinaron que era víctima del COVID-19. Antes de fallecer, Suzanne dijo a su hija: “No puedes llorar, hiciste todo lo pudiste. Tuve una buena vida”.
La mujer falleció el 21 de marzo, días después de su ingreso al nosocomio. La familia aún no sabe cómo fue infectada con la pandemia.
“Mi madre tomó en serio el distanciamiento social. Cuando la llevé al hospital el viernes pensé que era una neumonía leve”, indicó. Al momento de su muerte, Judith no pudo estar al lado de su madre por prescripción médica para evitar el contagio con la enfermedad, lo que consideró realmente difícil y triste.
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“No puedo despedirme de ella y ni siquiera tengo la oportunidad de asistir a su funeral”, lamentó.
Bélgica tiene casi 12 000 casos confirmados de COVID-19, después de un aumento de más de 1000 en el último día. Según información de las autoridades sanitarias, 513 personas han muerto, lo que es un gran número para un país de menos de 12 millones de personas.
