Un viaje refrescante y original es lo que experimenté al ver la miniserie Okupas, lanzada en el lejano año 2000 en Argentina, y que ahora está disponible en Netflix. Una producción con mucha calle, perdón debo escribirlo bien… con mucha cashe boludo (léanlo con acento argentino).
Para ese entonces, la marginalidad real y auténtica no se representaba bien en la televisión de ese país ni creo en ningún otro rincón latinoamericano. Fue con Okupas que se vino a revolucionar la forma de expresar narrativas distintas, con argumentos que poseen personajes tan reales como crudos; mostrando el otro lado de la urbe, aquellos espacios donde reposan las sombras.
Netflix realmente se apuntó un 100 al rescatar y remasterizar esta joya del arte que tiene el entretenimiento latino. Porque es así, aunque sea sumamente albiceleste, su historia resuena muy bien en cualquier país de Nuestramérica.
El recorrido de la marginalidad en Okupas
Vamos a conocer a Ricardo, interpretado por un gran Rodrigo De La Serna, quien encarna a este joven de 24 años; clase media y que es un holgazán de primera que ni siquiera quiso terminar la universidad.
Por cosas de la vida, una prima le pide que si le cuida una caserón que tiene en venta. Dicho caserón fue desocupado por fuerzas policiales porque habían familias asentadas ahí, los «okupas«; quienes ilegalmente habitaban en dicho inmueble.
La prima le pide a Ricardo unas reglas sencillas de comportamiento, que incluía nada de beber, ni drogarse ni mucho menos que alguien viviera ahí además de él. Bueno, el viaje de rebeldía y autodescubrimiento de Ricardo lo llevará a romper todas las reglas y lentamente caer a la oscuridad del mundo callejero.
Sólida hermandad
Pero este viaje de Ricardo no será solo, forjará una amistad muy poderosa con tres tipos más; el elocuente Walter, el noble «Chiqui» y el táctico «Pollo (Posho)». La interacción entre éstos es fantástica, en que los propios actores improvisaron muchas escenas y levantaron el realismo a un nivel asombroso.
Y como toda obra dramática, en Okupas habrán conflictos por los que pasarán y se verán confrontados; conllevando esto a nuevos personajes y nuevos retos/peligros que irán intentando superar.
Veredicto de Okupas
Con apenas 11 episodios, Okupas es una producción que resalta por contar muy bien esa trascendencia de cierta inocencia a una madurez forjada desde la crudeza de la calle, con todo y sus consecuencias. Un drama y con partes de comedia muy bien combinados.
Tengo algunos señalamientos también contra la misma, pero nada tan grave como para no recomendarla. De hecho, es bueno ver estas obras para salir un poco de tanto ruido de superhéroes, sci-fi y fantasía; que últimamente parece copar las tandas de cines y estrenos en plataformas de streaming.
Por cierto, recomiendo que la vean con subtítulos porque no siempre es fácil entender el «lenguaje Okupas»; eso sí, sin duda que se les pegaran esas frases tan jugosas y divertidas.