Canalizar el sentir de jóvenes en el borde de acciones contraproducentes, propias de la edad y el descontrol de tiempos modernos; representado en un lienzo absolutamente artístico y hermoso, es lo que vemos en la Temporada 2 de Euphoria.
Sin embargo, aunque Sam Levinson (creador, director y guionista de la obra) tenga un ojo agudo para retratar situaciones extremas y caóticas; en otras quizás se le pasa la mano y desborda en lo híper dramático. No es que esté mal, sino que en la pintura general se pueden ver algunos espacios en que se pudo haber refinado un poco más lo que quería contar.
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Diciéndolo de esta manera, obviamente no estoy siquiera rayando la superficie de todo lo que acontece con este grupo de eufóricos jóvenes. Aquí nada más estoy ilustrando los términos generales, en el ámbito de contenido, pero no puedo ignorar el hecho de que Euphoria es la serie con el mayor acabado artístico que se ha hecho; probablemente, en la historia de la televisión.
Cada episodio de esta Temporada 2 es una ejecución de perfección luminosa, una danza audiovisual que deleita a cualquier cinéfilo. Júbilo, libertad y creatividad fusionada para mostrarnos un espectáculo de arte contemporáneo, digno de exhibirse en los museos más prestigiosos del mundo. Sí, así de impresionante es.
Drogas, traiciones y búsqueda de identidad en Euphoria
Otro punto importante a destacar en cuanto a las historias que nos presentan en Euphoria, es que es una evolución a su Temporada 1. Es como el crecimiento natural de la vida, incluso desde el tipo de filme que utilizaron, evidencia esa madurez a otros puntos más álgidos, crudos y complejos.
Con eso me refiero a Rue y se recaída en las drogas, su síndrome de abstinencia y cómo se transforma su actitud en un ser que no respeta amistades, relaciones ni a la familia. Esa espiral en descenso quedará representado en un punto tan hermoso como de hecatombe, en que Zendaya vuelve a decir presente como la gran actriz que es.
Pero algo que también define esta segunda temporada de Euphoria, son sus historias alternas; algunas con más sustento que otras. Por ejemplo hay un triángulo amoroso que al verse en frío, no se siente tan relevante.
Además, tenemos el background de Cal Jacobs, el padre de Nate y su pasado. También tendremos más de Fezco y su hermano Ashtray, así como un enfoque bellísimo sobre Lexi, que funciona como punto de inflexión de varias subtramas; siendo el punto argumental más alto que escribió Levinson.
A como es normal, si se le da espacio a unos, otros no pueden lucir tanto. En este caso las que pierden tiempo es Kat (eso de los rumores es algo insignificante) y Jules, a pesar que se incluye un nuevo personaje que tiene influencia con ella y Rue.
Veredicto
Euphoria es una serie que ha encontrado su propio idioma en la televisión. No hay nada que se parezca a la misma, y eso es sumamente difícil en la era del streaming.
La banda musical es también una de las más excelentes que hay en el ámbito de series, así como actuaciones de un elenco realmente muy talentoso.
Puede que deje algunos agujeros con tramas y eso le reste un poco, pero de que es uno de los productos más desafiantes y vanguardistas en la historia; eso, no se lo quita nadie.
