James Cameron, que dirigió tres de las cuatro películas más taquilleras de todos los tiempos, se arrepiente de poco. Pero si pudiera rehacer «Titanic», hay algo que cambiaría.
En vísperas del regreso a la gran pantalla de esta superproducción, ahora en edición aniversario, el cineasta canadiense confesó que habría concebido la trama de otra manera si hubiese podido prever la indignación de los fans, molestos por la trágica muerte del héroe, Jack, al final de la película.
«Con lo que sé ahora, habría hecho la balsa más pequeña, ¡para que no hubiera duda!»; aseguró entre risas en una conferencia de prensa con motivo del aniversario del “Titanic”.
Así mismo, es tal la popularidad de la película que sigue habiendo debates sobre el destino del personaje principal, interpretado por Leonardo DiCaprio.
Los fanáticos insisten en que Jack podría haber sobrevivido a las heladas aguas del Atlántico Norte después de que el transatlántico se hundiera.
Aseguran que Jack de “Titanic” hubiera muerto de todas maneras
Sin embargo, decide que la puerta en la que flota Rose no es lo suficientemente grande para dos, y se sacrifica para que ella sobreviva.
La polémica en torno a la muerte de Jack es solo un ejemplo de cómo la historia del Titanic «parece no tener fin para el público»; dijo Cameron.
«Ha habido tragedias mucho mayores desde el Titanic» y su hundimiento causado por la colisión con un iceberg en 1912, agregó, mencionando las dos guerras mundiales que marcaron el siglo XX. «Pero el Titanic tiene este tipo de calidad duradera, casi mítica y romántica».
«Yo creo que tiene que ver con el amor, el sacrificio y la muerte»; añadió el director, al señalar «a los hombres que no subían a los botes salvavidas para salvar a las mujeres y a los niños».
Cameron puso a prueba el sacrificio individual de Jack en un nuevo documental de National Geographic; con experimentos en un tanque de agua helada con dos dobles y una réplica exacta de la puerta utilizada para el rodaje.
En «Titanic: 25 años después», los dos dobles que asumieron los roles de Jack y Rose fueron equipados con varios termómetros para medir la velocidad a la que caerían víctimas de hipotermia.
La experiencia reveló que el trágico destino de Jack no era inevitable.