Sofia Coppola es una de las cineastas más importantes de los últimos tiempos, quien hizo una maravilla moderna como es Lost In Translation (2003), primer trabajo que hizo con el también grandioso actor Bill Murray y una muy jovencita Scarlett Johansson.
Ahora regresa en 2020 con On The Rocks, una nueva incursión en la comedia dramática, película que tuvo exhibición limitada en algunos cines y que se alojó en la plataforma Apple TV+, gracias a una colaboración con A24.
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El filme nos lleva nuevamente a explorar una dinámica entre dos personas, siendo una de ellas Bill Murray, pero ahora no es con efecto amistad/romance; sino una de padre e hija, interpretada por la siempre encantadora Rashida Jones.
Desarrollo
Mostrando lo que es la vida actual (bueno, antes de esta locura del COVID-19), vemos a Laura convivir con su esposo Dean y sus dos hijas en un apartamento de Nueva York. Ella es escritora, pero tiene cierto bloqueo por ansiedades propias del estrés que proviene de cuidar a niñas pequeñas y a la vez de sentir cierta distancia con su marido.
De sorpresa me topé con la película #OnTheRocks, de #SofiaCoppola y la verdad es que está buena.#Podcast
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Es esto el disparador que moverá la narrativa hacia adelante, ya que debido a una sospecha de que Dean la está engañando con una mujer de su trabajo, es que Laura accederá a las acciones excéntricas de su millonario padre Felix, quien la guía y acompaña en una aventura de espionaje para descubrir la supuesta infidelidad.
Sin embargo este viaje no será placentero y la relación entre padre e hija irá tomando un rumbo incómodo, en que flotarán algunos problemas del pasado con diálogos certeros, maduros, adultos y realistas. Esta es una especialidad de Coppola sin duda.
Veredicto
On The Rocks es una película que depende de la dinámica de sus protagonistas y ambos cumplen de forma excelente. Me quedó quizás debiendo un poco más de comedia, ya que ambos actores vienen de esa escuela y podían dejarnos una cuota más importante. Aún así, contiene momentos cómicos que valen la pena, en que el factor "cringe" será fundamental.
Con una cinematografía limpia, musicalización con toque indie gracias a la banda Phoenix y una ambientación que aunque no pesa demasiado, da cierto cuerpo al argumento, esta película muestra que Sofia Coppola sigue vigente y con ganas de seguir dejando huella en el cine.