La Temporada 5 es la penúltima de Better Call Saul, serie que se puede jactar de cumplir y hasta sobrepasar las expectativas de ser un spin-off de un hito de la tv, como lo fue Breaking Bad.
A través de sus episodios hemos visto crecer mucho a este personaje de Jimmy McGill, la persona detrás de Saul Goodman que todos conocemos, llevándonos a entender mejor la complejidad de un hombre que gusta tomar el camino fácil para resolver problemas, pero que a la vez tiene una sensibilidad muy grande que dimensiona sus acciones a más allá de lo bueno y lo malo.
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Ya en la Temporada 5 lo vemos apropiándose de su alter-ego Saul, aunque no dura mucho antes de verse amenazado por la realidad de lo que cuesta hacer negocios con un cártel mexicano, al punto que hasta tuvo que beberse su propia orina…
Sin embargo, la que se roba la escena por completo es el personaje de Kim Wexler, interpretado a la perfección y un poco más por la talentosa Rhea Seehorn. Es desde mi punto de vista uno de los mejores personajes que tiene el universo Breaking Bad en general.
Transformación
Incluso puede decirse que la serie saltó de ver cómo fue que Jimmy pasó a ser Saul, a convertirse en una expectativa altísima de ver cómo poco a poco Kim ha soltado su lado más pasivo y correcto por una postura más suelta, liberal y coqueteando con lo que son "trucos sucios".
Ella se ha mostrado como una mujer que representa balance y contro
De igual manera ha venido cambiando lo que es el lado criminal que siempre hemos conocido, entiéndase el enfrentamiento entre Gus Fring y Lalo Salamanca, quedando en ese fuego cruzado un personaje como Nacho, o bien con la auto aceptación de su destino por parte de Mike.
Veredicto
La Temporada 5 de Better Call Saul nos mantuvo en distintos niveles de emociones. Ya sea comedia como cuando vemos a Saul vendiendo teléfonos; preocupándonos al ver a un Mike desolado y sin rumbo fijo; el capítulo precioso del desierto entre Mike y Jimmy, así como cada momento de la relación entre Saul y Kim.
Fue una temporada con mucho qué destacar, aunque en observación sí siento que a veces su ritmo baja mucho, aunque entiendo perfectamente que la recompensa es al final cuando todas las piezas caen en una razón, por más sutil o introspectiva sea.
Para ahondar más en el tema, aquí te dejo el capítulo del podcast Echados Viendo Tele: