Juego de Tronos encara su recta final. Ya solo faltan dos capítulos para el final de la ficción de HBO. De momento, este cuarto se centra en las consecuencias de la Batalla de Invernalia y el accidentado viaje al Sur.
El episodio arranca con el Norte y sus aliados despidiendo a los caídos en la Batalla de Invernalia contra el ejército del Rey de la Noche antes de viajar al Sur.
En una gran cena, con mucha bebida de por medio, se ve cómo han evolucionado las relaciones de los protagonistas. Por ejemplo, Jon y Daenerys están algo tensos tras el descubrimiento de la identidad de él. Y Brienne, Jaime y Tyrion algo bebidos. Así se descubre que Brienne es virgen.
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Algo que tiene solución con un nuevo romance de ella junto al Matarreyes. Aguarda el Trono de Hierro. Daenerys asegura: "Hemos ganado la Gran Guerra, ahora ganaremos la última guerra". Dicho y hecho. A pesar de que Sansa Stark hace notar que las tropas están cansadas, la Reina no hace caso porque quiere ir por Cersei y tomar el control del país cuanto antes.
Es el momento de las despedidas. Tormund se vuelve a su hogar junto a sus compañeros del Pueblo Libre y Sam y Gilly, que está embarazada, acuden a despedirse de Jon.
Cercei sabe que "la usurpadora está en camino", por lo que la flota de los Targaryen tiene una calurosa bienvenida en Desembarco del Rey en forma de ataque sorpresa.
Desde los barcos de la Compañía Dorada lanzan flechas que matan al dragón Rhaegal. Daenerys, cada vez más nerviosa, trata de negociar con Cersei, pero la reina de King's Landing no escucha y el desenlace deja helados a muchos.
La Última Guerra se cobra una víctima importante, Missandei. Una muerte que rompe el corazón de Gusano Gris, su enamorado.