Juego de Tronos se ha convertido por méritos propios una de las mejores series de fantasía de la historia. Uno de las señas de identidad de la ficción basada en los libros de George R. R. Martin son sus explícitas escenas de sexo y violencia que crean incomodidad en muchos de sus espectadores.
Y ahora, Maisie Williams, quien interpreta a Arya Stark, ha confesado que hubo una escena que le prohibieron leer.
La joven actriz, que se unió a la serie con 14 años, ha concedido una entrevista a The Australian, donde explica lo difícil que es trabajar en una serie que tiene escenas tan explícitas de sexo y violencia.
"El sexo era bastante vergonzoso e incómodo para nosotros", ha admitido la actriz, quien confiesa también que "la mayoría de cosas sangrientas" no daban miedo "cuando estás allí filmando" porque "a nadie le arrancan la cara realmente".
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Williams ha asegurado que sus padres le prohibieron leer una escena en la que Ros y otra trabajadora del burdel de 'Meñique' tiene sexo oral. Y es que, incluso dentro del alto contenido sexual de Juego de Tronos, esta escena llega a resultar incómoda por lo explícita que es.
Pero Williams no es la única actriz que ha tenido problemas con esta escena, ya que los padres de Sophie Turner, Sansa Stark en la ficción, también le prohibieron leer esta escena, alegando que no era apta para ella y que tampoco era relevante para el desarrollo de su personaje.
Aún sin fecha de estreno oficial, Juego de Tronos regresará con su octava y última temporada durante la primera mitad de 2019 y que cerrará todos los frentes que siguen abiertas en la serie de HBO.