El cineasta Peter Jackson recopiló imágenes de archivo mudas en blanco y negro de la Primera Guerra Mundial y, tras un colosal trabajo de restauración, las transformó en un documental en color y en 3D para conmemorar el centenario del conflicto.
La película, titulada "They Shall Not Grow Old" (no se harán viejos), se presentará en estreno mundial la semana próxima en el Festival de cine de Londres y simultáneamente en varias salas en Reino Unido.
Combinadas con entrevistas a veteranos de guerra, estas espectaculares imágenes cuentan también con una banda sonora inédita: el cineasta recurrió a expertos en lectura labial para descifrar los diálogos de los soldados para isertarlos después en la película gracias al trabajo de actores de doblaje.
"Cuando acabamos de restaurar este material, me quedé atónito. No imaginaba que se pudiese obtener este resultado", explicó Peter Jackson a la AFP en la presentación del proyecto.
Este comenzó hace cuatro años en la oficina de Diane Lees, la directora del organismo nacional de museos militares británicos Imperial War Museums (IWM).
Lees, que sabía que Jackson es un apasionado de la Primera Guerra Mundial -en la que combatió su abuelo-, le propuso colaborar en las conmemoraciones del centenario del fin del conflicto (1914-1918).
"Querían que utilizase sus imágenes de archivo pero de forma sorprendente", recuerda Jackson, ganador de un Óscar en 2004 por la última entrega de su trilogía "El Señor de los Anillos".
Desde su Nueva Zelanda natal, el cineasta se puso en contacto con especialistas en restauración de todo el mundo para transformar más de 80 horas de viejas imágenes en una cinta en color y tres dimensiones.
El cineasta, de 56 años, se sumergió también en más de 600 horas de grabaciones de audio de excombatientes -realizadas por el IWM y la BBC- para utilizarlas como voz en off.
El resultado final ofrece una visión sin precedentes de la Primera Guerra Mundial, que muestra con todo lujo de detalles la vida en los campos de batalla, en las trincheras, restituyendo el sonido de la artillería, y hasta el de los piojos que estallan en contacto con la ropa quemada.