Una persona de Chile puede ver una película japonesa y "sentir lo que esos personajes sienten", un ugandés puede ver un filme español y tener la misma empatía: esa es la virtud del cine que atrapa a la actriz Daniela Vega, quien defiende que es artista "para conectar con otros".
"El arte es una herramienta, una llave de conexión", afirma en una entrevista con Efe la chilena, nominada a los Premios Platino -que se celebrarán mañana en la Riviera Maya- como mejor actriz por "Una mujer fantástica".
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Cuanto más cerca esté el público del arte, en sus diferentes formas, "más fácil podemos acceder al conocimiento de nosotros mismos y de la sociedad".
"Soy una artista incansable por emocionar y por tratar de llevar las emociones humanas a diferentes niveles, ese es mi trabajo, ese es mi rol, y a eso apuesto", argumenta esta defensora del arte "como un puente de comunicación y no como un muro o una barrera".
Las palabras de Vega resuenan con un tono sereno que contrasta con el alboroto que emerge a su alrededor allá por donde pasa.
No es para menos: antes de su participación en la pasada edición de los Óscar, donde "Una mujer fantástica" se llevó la estatuilla a la mejor película de habla no inglesa, ninguna persona transexual había sido uno de los presentadores de estos premios.
La actriz también ha sido incluida en el listado de la revista Time como una de las cien personas más influyentes del mundo, y es vista por algunos sectores como un icono, aunque ella no se considera como tal.
Sin embargo, estos reconocimientos internacionales no dan a Vega la sensación de estar haciendo historia: "Nosotros somos artistas, y lo que hacemos son obras de arte, y son las personas que consumen esas obras las que juzgan luego lo que pasa con ellas".
"Una mujer fantástica", de Sebastián Lelio, ha conseguido poner en el punto de mira la discriminación de la comunidad transexual y los prejuicios de la sociedad. "El cine como herramienta -afirma Vega- es valiente y poderosa".
Aunque, continúa, "va a depender de quién tome la cámara, quién escriba el guión, quién actúe", y de todas aquellas personas que, en definitiva, construyen un relato.
En su caso, la primera vez que leyó el guión de Lelio y Gonzalo Maza supo que se enfrentaría a un personaje "muy complejo, porque tenía muchísimas capas emocionales, todas muy diferentes".
Por ello, confió y se entregó a la dirección "magistral" de Lelio para conducir su interpretación de Marina; todo un reto, ya que es un personaje al que la cámara sigue en todo momento y eso implica "mucha responsabilidad".
Además, hay momentos en la película que son "muy poderosos, desde el punto de vista narrativo y estético".
"Me siento una persona haciéndole preguntas a la audiencia, y creo que el arte es más una pregunta que una respuesta, el cine es más un cuestionamiento", reflexiona.
En estos momentos, Vega está escribiendo un libro que mezclará "diferentes formas narrativas" y que girará en torno a su biografía. Además, le esperan varios proyectos en el cine, el teatro y la música que irá encadenando entre este año y el próximo.
"Por ahora tengo mucho trabajo y lo que quiero es seguir trabajando, así que el descanso me lo tomo cada ciertas horas durante el día o la noche, (cuando) leo o hago lo que me parezca", comenta la actriz y cantante.
Entre sus sueños está ponerse en las manos del cineasta Pedro Almodóvar, de quien admira "su sensibilidad y la forma de dirigir a sus actores, considero que es un gran artista, y por ello me encantaría trabajar con él algún día", concluye.
"Una mujer fantástica" parte, con nueve nominaciones, como favorita en los Premios Platino del cine iberoamericano, que se entregan mañana en el Teatro Gran Tlachco del parque Xcaret.