Las películas de superhéroes -de Marvel para ser exactos- se enfocan en ser entretenidas, emocionantes y con buenas secuencias de acción, con personajes que enganchen lo suficiente al público para que se preocupe por ellos. Eso y más encontramos en Spider-Man: Homecoming.
Su fórmula puede ser sencilla pero no es básica (algo que sí ocurre con Wonder Woman por ejemplo). Ahí vemos a un adolescente Peter Parker interpretado de una excelente forma por el actor Tom Holland, quien siendo británico y de 21 años cumple con puntuación perfecta su papel, cuya adaptación para ser un Avenger no le será nada fácil, así como lidiar con tener súper poderes siendo tan solo un joven de 15 años que no ha alcanzado la madurez de la vida adulta.
El filme tiene matices de lo ocurrido en Civil War, en donde hizo su primera aparición Spider-Man, pero no abusa del recurso de obligar a la gente a tener que recordar a cabalidad lo que pasó ahí para poder comprender lo que está transcurriendo. Más bien es solo un complemento para entender la frustración que tiene Parker al haber sorprendido a todos por sus acciones en dicha película y que tras un par de meses no recibe ninguna llamada del "Internado Stark", teniendo que mostrar su valía siendo un "héroe del vecindario".
Y mientras no es tomado en cuenta como un verdadero Avenger por parte del propio Tony Stark (Iron Man), este adolescente de Queens, Nueva York, continúa su vida de secundaria en donde es un sujeto para nada popular, casi que nerd, enamorado de una chica de un año mayor que el suyo y que la ve como un sueño imposible, aunque sí están juntos en un grupo especial de estudiantes brillantes para una competencia de conocimientos que realizan contra otros colegios.
Entre toda esa situación aparece el villano, un Michael Keaton que también sabe darle un buen realce a un papel que para otro actor pudo ser menor, bajo un trasfondo vinculado a las consecuencias de lo que hacen los Avengers, o ese "grupo élite" a como él los llama, dando cierto entendimiento para saber por qué hace lo que hace y dejando un mensaje subliminal de la moralidad de ese grupo de superhéroes, algo que ya se había tratado un poco en Civil War.
Spider-Man: Homecoming es un filme ingenioso y muy divertido, hasta los personajes secundarios o terciarios tienen su momento para relucir con algún comentario que dan risa (no todos claro pero sí la mayoría), un humor inocente pero que funciona, compenetrado de forma natural al guión y que da respiro a una producción de por sí ya es ligera en términos de ser entretenimiento para toda la familia.
En cuanto a la fidelidad de los cómics no sabría opinar pero creo que no debería generar inconformidad a los acérrimos fanáticos de este género, porque este es un personaje creado para adentrarse en el Universo Cinematográfico de Marvel y lo que hicieron es darle un poco de background, el cual repito, quedó muy bien logrado.
Si gustan de lo que tiene para ofrecer Marvel con sus pelis de superhéroes no saldrán decepcionados ni mucho menos de Spider-Man: Homecoming, vale la pena irla a ver al cine, algo que pudimos acá en Echados Viendo Tele gracias a la invitación de TN8, El Canal Joven de Nicaragua.
Apuntes Extra:
– Son breves momentos de Marisa Tomei como la Tía May ¡pero cómo da gusto verla!
– La variedad de etnias que hay en la secundaria al comienzo me pareció excesiva, aunque según leí por ahí es bastante precisa y refleja una realidad actual.
– Las secuencias de acción no serán las más sorprendentes pero nos hace ver lo vulnerable que puede ser el héroe arácnido cuando actúa por puro impulso juvenil.
– La interacción entre Spider-Man y su traje es creo de las partes más cómicas.
– Hay un par de situaciones que me hizo dudar si algo así pudiera ser real, hablando en términos de leyes de física, aunque sabemos que esas no aplican mucho en este tipo de filmes.
– Hay dos escenas post-créditos, ambas son súper valiosas y créanme… ser paciente tiene su recompensa.