La acumulación de desechos de plástico en los océanos, el suelo e incluso en el interior de nuestros cuerpos; es uno de los principales problemas de contaminación que sufre el planeta; con más de 5 mil millones de toneladas abandonadas actualmente en el medio natural, tanto marino como terrestre.
A pesar de los grandes esfuerzos que se están llevando cabo para reciclar los productos de plástico de forma eficiente; lo cierto es que recuperar esta mezcla heterogénea de materiales sigue siendo un problema. Ahora, científicos estadounidenses han hallado la forma de reutilizar mejor los residuos plásticos.
Un problema clave es que los plásticos tienen muchas variedades diferentes, y los procesos químicos para descomponerlos de forma que pueda reutilizarse; tienden a ser muy específicos para cada tipo de plástico. Clasificar la mezcolanza de material de desecho, desde botellas de refresco hasta envases de detergente y juguetes de plástico.
Según una nueva investigación del Massachusets Institute of Technology (MIT) y otros centros de investigación, parece que puede haber una forma mucho más eficiente de reciclar. Se ha descubierto que un proceso químico que utiliza un catalizador a base de cobalto es muy eficaz para descomponer una variedad de plásticos; como el polietileno (PET) y el polipropileno (PP), las dos formas de plástico más producidas, en un solo producto, el propano.
Posteriormente, ese propano se puede usar como combustible para estufas, calentadores y vehículos; o como materia prima para la producción de una amplia variedad de productos, incluidos plásticos nuevos; lo que podría proporcionar al menos un sistema de reciclaje de circuito cerrado parcial.
Investigan forma más eficiente para reciclar el plástico
El hallazgo acaba de ser publicado en la revista de acceso abierto JACS Au, en un artículo del profesor de ingeniería química del MIT, Yuriy Román-Leshkov, el postdoctorado Guido Zichitella y otros siete científicos del MIT.
El reciclaje de plásticos ha sido un problema espinoso, explica Román-Leshkov, porquelas moléculas de cadena larga en los plásticos se mantienen unidas por enlaces de carbono, que son «muy estables y difíciles de romper».
Las técnicas existentes para romper estos enlaces tienden a producir una mezcla aleatoria de diferentes moléculas, que luego requerirían métodos de refinado complejos para separarlos en compuestos específicos utilizables. «El problema es», dice, «que no hay forma de controlar en qué parte de la cadena de carbono se rompe la molécula».
Pero para sorpresa de los investigadores,un catalizador hecho de un material microporoso llamado zeolita que contiene nanopartículas de cobalto, puede descomponer selectivamente varias moléculas de polímero plástico y convertir más del 80 por ciento de ellas en propano.
“Una vez que tiene este compuesto, propano, disminuye la carga de las separaciones aguas abajo”, dice Román-Leshkov. “Esa es la esencia de por qué creemos que esto es bastante importante. No solo estamos rompiendo los lazos, sino que estamos generando principalmente un solo producto” que puede usarse para muchos productos y procesos diferentes.
Los materiales necesarios para el proceso, zeolitas y cobalto, «son bastante baratos» y están ampliamente disponibles, afirma, aunque hoy en día la mayor parte del cobalto proviene de áreas conflictivas de la República Democrática del Congo.
Se está desarrollando una nueva producción en Canadá, Cuba y otros lugares. El otro material necesario para el proceso es el hidrógeno; que hoy en día se produce principalmente a partir de combustibles fósiles, pero se puede producir fácilmente de otras formas, incluida la electrólisis del agua utilizando electricidad libre de carbono, como la energía solar o eólica.
Probado en un ejemplo real
Los investigadores probaron su sistema en un ejemplo real de plástico reciclado mixto y produjeron resultados prometedores. Pero se necesitarán más pruebas en una mayor variedad de flujos de desechos mixtos; para determinar cuánto ensuciamiento se produce a partir de varios contaminantes en el material como tintas, pegamentos y etiquetas adheridas a los recipientes de plástico u otros materiales no plásticos que se mezclan con los desechos; y cómo eso afecta la estabilidad a largo plazo del proceso.
Junto con los colaboradores de NREL, el equipo del MIT también continúa estudiando la economía del sistema y analizando cómo puede encajar en los sistemas actuales para la gestión de flujos de desechos plásticos y mixtos. “Todavía no tenemos todas las respuestas”, admite Román-Leshkov, pero el análisis preliminar parece prometedor.