Un video registrado en una isla del archipiélago africano de Las Seychelles muestra el momento en el que una tortuga gigante captura y devora a un polluelo de charrán. Según los científicos, esta es la primera evidencia directa de que las tortugas son animales que cazan.
En las imágenes registradas el julio de 2020 se puede ver una tortuga gigante de Aldabra (Aldabrachelys gigantea) acercarse a la cría del ave que subió a un tronco luego de caer de su nido.
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Con el cuello extendido y las mandíbulas bien abiertas, la tortuga avanza sobre el pajarito. El charrán intenta defenderse, picoteando al depredador, pero no logra evitar el ataque. El enorme reptil se lo traga entero.
«Yo no podía creer lo que estaba viendo. Fue horrible y sorprendente al mismo tiempo. [La tortuga] miraba directamente al charrán y caminaba resueltamente hacia él. Esto fue muy, muy extraño y totalmente diferente del comportamiento normal de las tortugas»; afirma Justin Gerlach, uno de los autores del estudio acerca del suceso.
Tortuga debora pajarito
Aunque las tortugas comen principalmente plantas, se sabe que no son animales estrictamente vegetarianos. Este no es el primer informe de una tortuga consumiendo carne o partes de animales ricas en calcio como huesos o caparazones.
Estas fuentes de alimento, sin embargo, suelen estar asociadas con la oportunidad de localizar los animales ya sin vida.
Se cree que el video registrado por Anna Zora, autora del estudio, en la isla de Frigate ofrece algunas de las primeras pruebas definitivas de un ataque planeado y deliberado por parte de una tortuga.
Los investigadores ponen de relieve que la tortuga se acerca al polluelo con las mandíbulas abiertas y la lengua retraída, una característica típica de un comportamiento agresivo. Además, el reptil parece tener experiencia en la caza, apuntan.
«Me pareció que ese individuo había cazado con éxito antes, parecía saber lo que estaba haciendo»; subrayó Gerlach.
Si bien esta tortuga parece ser una cazadora experimentada, su comportamiento plantea numerosas preguntas. Los científicos no saben todavía cuántas tortugas cazan, con qué frecuencia lo hacen, cuán nutritivo es el proceso y si esto también sucede en otros lugares.
Nota elaborada por: Sputnik