Un grupo de científicos planea lanzar polvo lunar al espacio para poder “resolver” el problema del calentamiento global, ¿tendrá resultado?
Cabe mencionar que sus cálculos se hicieron teniendo en cuenta las propiedades de los granos y soluciones orbitales con perturbaciones lunares y planetarias.
«Para lograr una atenuación de la luz solar del 1,8%, equivalente a unos 6 días al año de un Sol oscurecido, la masa de polvo en los escenarios que consideramos debe superar los 1.010 kilogramos»; mencionaron los científicos en su estudio.
Así mismo, mencionaron que otro de los enfoques más sencillos sería, lanzar polvo lunar desde el satélite para crear un tipo de sombra.
Las ventajas con respecto a un lanzamiento desde la Tierra son la reserva de polvo en la superficie lunar y la menor energía cinética necesaria para alcanzar una órbita de protección solar.
El polvo lunar funcionaría como un tipo de “espejo” para evitar la radiación solar
Esto terminaría siendo una clase de estrategia para combatir el cambio climático; el cual consiste en reducir la radiación interceptando la luz solar antes de que llegue a la Tierra.
Su conclusión se basa en que otras investigaciones indican que los aerosoles en la atmósfera terrestre pueden servir potencialmente como reflectores o absorbedores de luz que redistribuyen la radiación solar.
Y aunque los enfoques espaciales para la gestión de la radiación solar ofrecen una alternativa, son improbables. Las propiedades ópticas de los orbitadores permitirían reducir el problema desviando la luz.
Estas nubes de polvo funcionarían como escudos solares artificiales que orbitan alrededor de la Tierra.
«Aunque inestables, estas órbitas corrotantes permiten la posibilidad de sombrear temporalmente la Tierra. Comenzamos evaluando las sombras producidas por varios tipos de polvo; después determinamos numéricamente las órbitas que persisten cerca de L1, incluyendo el impacto de la presión de radiación y el viento solar»; proponen.
El equipo llegó a estos resultados a partir de simulación por computador.
En los escenarios descritos por los investigadores estadounidenses, esas grandes cantidades de polvo en órbitas entre la Tierra y el Sol pueden reducir la cantidad de luz solar recibida en nuestro planeta.
Es importante saber que, si se llegara a “implementar” esta ”estrategia”, no tendría ningún impacto sobre la Tierra según los expertos.