Lo oculto bajo la Antártida podría cambiarlo todo, advierte investigación

Foto: Deshielo en la Antártida /cortesía
Foto: Deshielo en la Antártida /cortesía

La Antártida, un continente cubierto por un manto de hielo eterno, siempre ha despertado el interés de los científicos.

Sin embargo, detrás de su paisaje helado y su clima extremo se esconde un peligro latente que podría alterar de manera irreversible el equilibrio del planeta; los volcanes subglaciales.

Investigaciones recientes han revelado que la capa de hielo de la Antártida oculta una red de volcanes dormidos, cuyas erupciones podrían tener repercusiones globales.

Según un estudio dirigido por la geoquímica Allie Coonin, de la Universidad de Brown, el calentamiento global no solo está derritiendo los glaciares, sino que podría desencadenar erupciones volcánicas subglaciares.

Foto: Deshielo en la Antártida /cortesía
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Deshielo en la Antártida

Este fenómeno, aunque invisible a simple vista, representa un riesgo significativo; ya que el calor generado por el magma podría acelerar el deshielo de la capa de hielo Antártida.

Las simulaciones científicas sugieren que a medida que el hielo se derrite, se libera calor desde el interior de la tierra, lo que podría intensificar el derretimiento de los glaciares.

Esta aceleración en la pérdida de hielo contribuiría al aumento del nivel del mar, afectando a las comunidades costeras y alterando los ecosistemas marinos. Además, el cambio en las corrientes oceánicas podría alterar el clima global.

El ciclo de retroalimentación generado por las erupciones volcánicas subglaciares es un fenómeno que amplifica el impacto del cambio climático, acelerando la desaparición del hielo y sus consecuencias.

Foto: Deshielo en la Antártida /cortesía
Foto: Deshielo en la Antártida /cortesía

A pesar de que los volcanes en la región permanecen inactivos, los expertos subrayan la urgencia de comprender estos mecanismos ocultos para prevenir impactos mayores.

Este descubrimiento pone de relieve la necesidad de revisar los modelos climáticos actuales, que han subestimado el riesgo volcánico, y de tomar medidas para frenar el calentamiento global.

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