El lunes 16 de octubre, a las 13.04 hora peninsular española, una nave de la NASA lanzada hace un año al espacio volverá para rozar la atmósfera de la Tierra. Pasará excepcionalmente cerca, a apenas 350 kilómetros sobre la superficie; aún más bajo que la Estación Espacial Internacional (ISS), arriesgándose a chocar con los numerosos satélites y desechos que cruzan la órbita terrestre.
Se trata de la misión Lucy, destinada a ser la primera en visitar los misteriosos asteroides troyanos que orbitan el Sol junto a Júpiter. La misión Lucy rozará el lunes la atmósfera de nuestro planeta en una colosal y peligrosa maniobra de asistencia gravitacional. Volará a menos altitud que la Estación Espacial Internacional (ISS) y tendrá que sortear un enjambre de satélites y basura espacial.
Pero el viaje de doce años de Lucy no es en línea recta. Los troyanos están atrapados en órbitas alrededor del Sol a la misma distancia que Júpiter; ya sea muy por delante o por detrás del planeta gigante. La maniobra del lunes, denominada asistencia gravitacional, utiliza la gravedad del planeta como si fuera una honda colosal; de manera que la nave se colocará en una nueva trayectoria para una órbita de dos años.
Entonces, en diciembre de 2024, regresará a la Tierra para una segundo empujón, que le dará la energía necesaria para cruzar el cinturón de asteroides principal, donde observará una roca llamada Donaldjohanson. Luego viajará al enjambre de asteroides troyanos donde visitará seis rocas: Eurybates y su satélite Queta, Polymele y su satélite aún sin nombre, Leucus y Orus.
Para esta primera asistencia gravitacional, Lucy parecerá acercarse a la Tierra desde la dirección del Sol. Si bien esto significa que los observadores en la Tierra no podrán verla en los días previos al evento; Lucy podrá tomar imágenes de la Tierra y la Luna casi llenas. Los científicos de la misión utilizarán estas imágenes para calibrar los instrumentos.
Dos segundos para evitar una colisión en la Tierra
Lucy se acercará mucho, por debajo de la altitud de la estación espacial y lo suficientemente bajo como para que la nave sea visible a simple vista; desde el oeste de Australia durante unos minutos. Esta proximidad también implica atravesar una peligrosa región en la órbita terrestre con más de 47 mil satélites, escombros y otros objetos que giran alrededor de nuestro planeta.
La NASA calcula una probabilidad mayor a una entre 10 mil, de que el artefacto colisione con uno de estos cuerpos. En caso de peligro inminente, los ingenieros de la misión ajustarán ligeramente la trayectoria de la nave espacial.
«El equipo de Lucy ha preparado dos maniobras diferentes», explica Coralie Adam, jefa adjunta del equipo de navegación de Lucy en KinetX Aerospace (Simi Valley, California). «Si el equipo detecta que Lucy corre el riesgo de colisionar con un satélite o con escombros, entonces, 12 horas antes de la aproximación más cercana a la Tierra, la nave espacial ejecutará una de ellas, alterando el tiempo de aproximación más cercana en dos o cuatro segundos. Esta es una pequeña corrección, pero es suficiente para evitar una colisión potencialmente catastrófica«, señala.
«En el plan original, Lucy en realidad iba a pasar unos 48 kilómetros más cerca de la Tierra», dice Rich Burns, gerente de proyectos de Lucy en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. Sin embargo, optaron por utilizar un poco de sus reservas de combustible para que la nave espacial sobrevuele la Tierra a una altitud ligeramente mayor; reduciendo la perturbación del arrastre atmosférico en los paneles solares de la nave espacial.
La NASA convierte la Tierra en una honda gigante para lanzar una nave a los asteroides de Júpiter https://t.co/22HiQTdLwb
— San Cristobal Digital (@scdigitalrd) October 16, 2022
Los cráteres de la Luna
Luego, Lucy se alejará rápidamente de la vecindad de la Tierra; pasará por la Luna y tomará algunas imágenes de calibración más antes de continuar hacia el espacio interplanetario.
«Estoy especialmente emocionado por las últimas imágenes que Lucy tomará de la Luna», dijo John Spencer; científico en el Instituto de Investigación del Suroeste (SwRI) en San Antonio, Texas. «Contar los cráteres para comprender la historia de las colisiones de los asteroides troyanos es clave para la ciencia que llevará a cabo Lucy; y esta será la primera oportunidad de calibrar la capacidad de Lucy para detectar cráteres comparándola con observaciones anteriores de la Luna realizadas por otras misiones espaciales».
La misión recibe el nombre de Lucy, por el esqueleto de la australopiteca de 3 millones de años de antigüedad descubierta por el paleoantropólogo estadounidense Donald Johanson; que a su vez da nombre a un asteroide del cinturón principal. Si ese hallazgo dio pistas sobre cómo se originó el ser humano, los asteroides troyanos, intactos desde su formación hace unos 4.500 millones de años; pueden ayudar a entender cómo se originó el Sistema Solar y se formaron los planetas.