Por primera vez se consiguió ver el agujero negro supermasivo que se encuentra en el corazón de la vía láctea. El mismo equipo internacional, que mostró en el 2019 una imagen de un agujero negro, ha presentado la imagen obtenida de Sagitario A*, el monstruo de 4 millones de masas solares que devora estrellas, y con ello, demuestran su existencia.
Sagitario A* está a unos 27.000 años luz de nosotros, actúa como un gigantesco sumidero hacia el que se precipitan las estrellas de su entorno. Es lo que ven sobre estas líneas. O, mejor dicho, lo que no ven en el centro de la imagen, ese espacio negro dentro de un anillo brillante.
Un agujero negro nace cuando, al final de su vida, una estrella explota como supernova, colapsa y empieza a succionar toda la materia de su entorno. No es un espacio vacío, sino una región con una inmensa cantidad de materia comprimida en muy poco espacio. Eso hace que su atracción gravitatoria sea billones de veces superior a la de la Tierra y ni la luz pueda escapar de él. Los hay de dos tipos: los estelares (de hasta decenas de masas solares) y los supermasivos del centro de las galaxias, como Sagitario A*.
Un telescopio del tamaño de la tierra
Científicos españoles juega un papel destacado dentro de este consorcio internacional que trabaja con los datos del Telescopio del Horizonte de Sucesos. Se trata, en realidad, de una red de ocho telescopios distribuidos por todo el mundo que en periodos muy concretos trabajan conjuntamente para este proyecto con una técnica llamada interferometría de muy larga base.
La colaboración en la que participan más de 300 científicos, nació en 2015 para obtener las primeras imágenes directas de agujeros negros, un tipo de astros cuya existencia propuso en 1784 el geólogo y clérigo inglés John Michell y en 1915 predijo Albert Einstein.
Hay agujeros negros estelares más cercanos, pero el EHT centró desde el principio su mirada en dos lejanos, pero supermasivos, Sagitario A* y el del centro de M87 (una galaxia elíptica muy brillante y cercana), que por su gran tamaño los científicos consideraban más fáciles de cazar. Acertaron. El 10 de abril de 2019, el consorcio presentó al mundo la primera foto de un agujero negro; en realidad, del anillo de materia que está a punto de precipitarse en su interior y desaparecer para siempre.
La imagen de M87, que se encuentra en el centro de la galaxia del mismo nombre, a 55 millones de años luz, dio la vuelta al mundo. Allí estaba un gigante de 6.500 millones de masas solares y 9.000 millones de kilómetros de diámetro (entraría dentro de él el Sistema Solar hasta Neptuno). Los científicos del EHT anunciaron cuál iba a ser el próximo objetivo, Sagitario A*, mucho más pequeño, pero también mucho más cercano.
Los dos agujeros negros han destacado los investigadores, se ven muy parecidos a pesar de que el de la Vía Láctea es mucho más pequeño.