Un grupo de científicos ha encontrado varios ejemplares de ‘Gasteranthus extinctus’, una flor que se creía extinta desde hace 40 años, en los bosques del área de cerro Centinela, en el oeste de Ecuador, según un artículo publicado este viernes en la revista PhytoKeys.
La flor silvestre fue descubierta en esa zona en la década de 1970. Pero unos años después los bosques que la albergaban desaparecieron parcialmente, por lo que la comunicad científica dio por hecho que muchos organismos se extinguieron.
«[El cerro] Centinela es un lugar mítico para los botánicos tropicales. Pero debido a que fue descrito por las personas más importantes en el campo, nadie verificó dos veces la ciencia. Nadie volvió para confirmar si el bosque había desaparecido y esas cosas se habían extinguido», explicó Nigel Pitman, miembro del Museo Field de Historia Natural de Chicago (EE.UU.) y coautor del estudio.
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«Estábamos muy emocionados»
Por ello, en 2009 un grupo de científicos organizó una serie de expediciones en busca de ‘Gasteranthus extinctus’, aunque sin éxito. En verano del año pasado, Pitman y otros investigadores analizaron imágenes satelitales para tratar de identificar la selva tropical primaria que aún estaba intacta.
Fue así como encontraron una serie de lugares donde podría hallarse la flor. Entonces reunieron a un grupo de diez botánicos de seis instituciones distintas y, al cabo de unos meses, realizaron una expedición. En apenas dos horas dieron con ella.
«Estábamos muy emocionados, pero muy vacilantes en nuestro entusiasmo, pensamos: ‘¿Realmente fue tan fácil?'», continuó Pitman, detallando que esa fue la razón por la que decidieron consultar con un especialista en la materia.
¿Qué demuestra este hallazgo?
Tras recolectar algunas de las flores caídas, intentando no dañar las plantas por si eran las únicas que quedaban en la Tierra, el equipo envió las fotos a John Clark, experto en taxonomía, que confirmó que ‘Gasteranthus extinctus’ no estaba extinta. Posteriormente, se hallaron más ejemplares de esa especie, que tienen previsto analizar.
Pitman explicó que, a pesar del nombre de la flor y de haberse confirmado que sigue existiendo, esta seguirá llamándose así porque el código de nomenclatura de la biología tiene reglas muy específicas acerca del cambio de denominación de un organismo. Los investigadores precisaron que, aunque hay motivos de esperanza, la flor todavía está en peligro de extinción.
«Redescubrir esta flor demuestra que no es demasiado tarde para revertir incluso los peores escenarios de biodiversidad, y muestra que hay valor en conservar incluso las áreas más pequeñas y degradadas», señaló, por su parte, Dawson White, del Museo Field de Historia Natural de Chicago (EE.UU.) y coautor del estudio.