Un análisis de los residuos de cerámica encontrados en un antiguo taller de embalsamamiento nos ha dado nuevos conocimientos sobre cómo los antiguos egipcios momificaban a sus muertos.
Aún más sorprendente, un equipo de científicos ha podido vincular diferentes sustancias a las partes específicas del cuerpo en las que se usaron.
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Este descubrimiento se debe, en parte, a los propios residuos, que se estudiaron mediante técnicas bio moleculares; pero muchas de las vasijas estaban intactas, incluidos no solo los nombres de su contenido, sino también las instrucciones para su uso, informa Science Alert.
«Conocemos los nombres de muchos de estos ingredientes de embalsamamiento desde que se descifraron los escritos del antiguo Egipto», dice la arqueóloga Susanne Beck, de la Universidad de Tübingen en Alemania, en un comunicado proporcionado a la prensa.
«Pero hasta ahora, solo podíamos adivinar qué sustancias había detrás de cada nombre».
Taller funerario egipcios
El taller formaba parte de un complejo funerario completo en Saqqara, Egipto, que fue descubierto por un equipo conjunto germano-egipcio y data de la dinastía 26 o Saite, entre 664 y 525 a.C., indica Science Alert.
El ajuar funerario recuperado fue espectacular, incluyendo momias, vasos canopos que contenían sus órganos y figurillas ushebtis, para servir a los muertos en el más allá.
Y allí estaba el taller, repleto de tinajas, tazas medidoras y cuencos de cerámica, prolijamente rotulados según su contenido o uso.
Dirigidos por el arqueólogo Maxime Rageot de la Universidad de Tübingen, los investigadores realizaron un examen exhaustivo de 31 de estos recipientes, utilizando cromatografía de gases y espectrometría de masas para determinar los ingredientes de los materiales de embalsamamiento que contienen, dice Science Alert.
Lo que usaban en cada parte del cuerpo
Los resultados detallados son fascinantes y, en algunos casos, completamente inesperados.
«La sustancia etiquetada por los antiguos egipcios como antiu se tradujo durante mucho tiempo como mirra o incienso. Pero ahora hemos podido demostrar que en realidad es una mezcla de ingredientes muy diferentes», explica Rageot en el comunicado.
Estos ingredientes eran aceite de cedro, enebro o ciprés y grasa animal, encontró el equipo, aunque la mezcla puede variar de un lugar a otro y de un momento a otro, informa Science Alert.
El equipo también comparó las instrucciones inscritas en algunos de los recipientes con su contenido para determinar cómo se usó cada mezcla. Las instrucciones incluían «ponerse la cabeza», «vendar o embalsamar con ella» y «hacer que su olor sea agradable».
Ocho recipientes diferentes tenían instrucciones sobre el tratamiento de la cabeza del difunto; la resina de pistacho y el aceite de ricino eran dos ingredientes que solo aparecían en estos recipientes, a menudo en una mezcla que contenía otros elementos, como resina de elemí, aceite vegetal, cera de abejas y aceites de árboles.
Se utilizó grasa animal y resina de Burseraceae para tratar el olor del cuerpo en descomposición; y grasa animal y cera de abejas para tratar la piel al tercer día de tratamiento, indica Science Alert.
Los aceites de árboles o alquitranes, junto con aceite vegetal o grasa animal; podrían usarse para tratar los vendajes utilizados para envolver a la momia, que se encuentran en ocho recipientes más.
Descubrieron datos del comercio mundial
Aún más fascinante es lo que estas mezclas pueden revelar sobre el comercio mundial en ese momento, dice Science Alert.
El pistacho, el aceite de cedro y el betún probablemente se obtuvieron del Levante en la costa oriental del Mediterráneo.
Sin embargo, el elemi y otra resina llamada dammar provienen de mucho más lejos; el elemi crece tanto en el África subsahariana como en el sudeste asiático, pero el árbol que produce el dammar solo crece en el sudeste asiático.
Por lo tanto, es posible que estas dos resinas viajaran por la misma ruta comercial a Egipto, señalan los investigadores en su artículo , lo que sugiere que se dedicó un gran esfuerzo a obtener los ingredientes específicos utilizados para el embalsamamiento. Esto posiblemente desempeñó un papel importante en el establecimiento de redes comerciales globales, informa Science Alert.
Mientras tanto, continuará el trabajo del equipo en los 121 cuencos y tazas recuperados del taller.
«Gracias a todas las inscripciones en las vasijas, en el futuro podremos descifrar aún más el vocabulario de la química del antiguo Egipto que no entendíamos lo suficiente hasta la fecha», dice el arqueólogo Philipp Stockhammer de la Universidad Ludwig Maximilian de Munich en Alemania en el comunicado.
La excavación del complejo de la tumba fue dirigida por el arqueólogo Ramadan Hussein de la Universidad de Tübingen; quien lamentablemente falleció el año pasado, antes de que pudiera completarse el trabajo.