El Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio) de Ecuador anunció el hallazgo del primer caso de una abeja andrógina, con características morfológicas de ambos sexos: mitad hembra, mitad macho.
Investigadores de Inabio y del Instituto Nacional de Pesquisas da Amazonia (INPA, de Brasil) reportaron este primer caso de «ginandromorfismo» en la abeja de las orquídeas (Eulaema meriana); encontrada en un sector de la provincia de Los Ríos, en la región tropical del sureste de Ecuador.
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El artículo científico sobre este hallazgo, desarrollado en el marco de un Proyecto de Cooperación Trilateral entre Alemania, Brasil y Ecuador; se publicó en la prestigiosa revista internacional Sociobiology, indicó Inabio en un comunicado.
La abeja andrógina descrito en esa publicación «presenta, en su mayoría, rasgos masculinos en su lado izquierdo y rasgos femeninos a la derecha».
Características de la abeja
Así, el lado derecho de la cabeza del espécimen luce «una mandíbula grande y robusta, adornada con una hilera de dientes», que es, según los investigadores; una característica normalmente encontrada en una hembra.
No obstante, «la mitad izquierda del insecto tenía los rasgos delicados de un macho», una circunstancia que, tras «un rápido vistazo del resto del cuerpo de la abeja reveló mucho de lo mismo».
Esta abeja andrógina es en «una ‘ella’ a la derecha y un ‘él’ a la izquierda», precisó la fuente.
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Los investigadores Alex Pazmiño, de Inabio, y Marcio Oliveira, de INPA, destacaron que «este misterioso insecto es un ginandromorfo extremadamente raro, un animal que es anatómicamente mitad macho y mitad hembra, el primero encontrado en la especie Eulaema meriana, un tipo de abeja de las orquídeas nativa de América Central y Sudamérica».
Las características intersexuales de esta abeja andrógina pueden atribuirse, posiblemente, a anomalías en el desarrollo de los embriones; eventos de doble fertilización o errores genéticos, plantearon los investigadores.
En el informe de Inabio se destacó el hecho de que; pese a las notables diferencias morfológicas entre sexos de abejas y las anomalías que presenta; el estudio científico tardó más de 30 años desde que el espécimen ingresó en una colección científica del Instituto.