La máxima actividad de la lluvia de meteoros Perseidas está prevista para este jueves, 12 de agosto; en condiciones excelentes de oscuridad en este caso, pocos días después de la luna nueva.
También son conocidas con el nombre popular de «lágrimas de San Lorenzo» por la proximidad del máximo de la lluvia de meteoros al 10 de agosto.
Según informa el Observatorio Astronómico Nacional (OAN); esta lluvia de meteoros es visible desde todo el hemisferio norte en pleno verano. Las velocidades de estos meteoros pueden superar los 50 km/s y su tasa de actividad puede llegar a los 200 meteoros por hora.
Aunque su momento de máxima actividad tiene lugar en las noches del 11 al 13 de agosto; las Perseidas comienzan habitualmente a verse hacia el 17 de julio y terminan hacia el 24 de agosto.
Su alta actividad, junto con las condiciones atmosféricas favorables para la observación durante el verano boreal, hace de las Perseidas la lluvia de meteoros más popular, y la más fácilmente observable, de las que tienen lugar a lo largo del año.
Esta lluvia ocurre de forma anual a mediados de julio y finales de agosto integrando a meteoros que viajan en grupos de hasta 100 rocas por horas.
Las Perseidas son unas de las lluvia de meteoros más impresionantes de todo el año debido a su gran actividad, además este año la Luna estará en fase creciente, lo que favorecerá la vista de las estrellas iluminando el firmamento; no te la querrás perder.
¿Por que suceden las perseidas?
Cada año a principios de agosto, la Tierra cruza la órbita del cometa 109P/Swift-Tuttle, que tiene un periodo de 133 años y que pasó cerca del Sol por última vez en 1992. Esta órbita está llena de partículas pequeñas, como granos de arena o menores; que han sido liberadas por el cometa en sus pasos anteriores.
Cuando una de estas partículas, que formaron en su día la cola del cometa, entra en la atmósfera terrestre a gran velocidad, la fricción la calienta hasta vaporizarla a gran altura.
¿Qué hacer para ver las perseidas?
El lugar de observación puede ser cualquiera con tal de que proporcione un cielo oscuro. Es preferible observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista (como edificios, árboles o montañas), y no utilizar instrumentos ópticos que nos limiten el campo de visión.
El número de meteoros observables por hora es muy variable. En un sitio bien oscuro y con el radiante alto sobre el horizonte puede superar el centenar.