Un equipo de científicos logró suministrar cerebros diminutos en la cabeza de unos ratones, dando un resultado impresionante para la ciencia.
Los expertos en este ámbito lograron demostrar que hay una conectividad funcional con la corteza cerebral de los roedores y responden de la misma forma ante los estímulos sensoriales externos.
Así mismo, los organoides implantados reaccionaron a los estímulos visuales de la misma manera que los tejidos del cerebro del ratón; una observación que los investigadores pudieron hacer en tiempo real durante varios meses gracias a una innovadora configuración experimental.
El equipo, dirigido por Duygu Kuzum, miembro de la facultad del Departamento de Ingeniería Eléctrica e Informática de la Universidad de California en San Diego; detalla sus hallazgos en la revista Nature Communications, según se informa en un comunicado.
Los científicos tienen otros procesos a realizar con estos ratones con cerebros de humanos
Es necesario resaltar que, hasta la fecha, ningún equipo de investigación había podido demostrar que los organoides del cerebro humano implantados en la corteza cerebral de un ratón, podían compartir las mismas propiedades funcionales.
Esto se debe a que las tecnologías utilizadas para registrar la función cerebral son limitadas y a que; por lo general, no pueden registrar la actividad que dura solo unos pocos milisegundos.
Cabe mencionar que, si bien las neuronas de los ratones y de los humanos son muy parecidas, hay una diferencia fundamental entre sus cerebros: los roedores poseen diez veces menos interneuronas que los cerebros humanos.
Las interneuronas son neuronas multipolares que crean redes o “microcircuitos” de información entre neuronas e interneuronas de la misma zona neuronal; lo que propicia un mayor rendimiento del cerebro, respecto a otras especies.
Por otra parte, los próximos pasos incluyen experimentos todavía más largos que involucran modelos de enfermedades neurológicas