El cerebro tiene una área que poco conocemos y los científicos de Alemania han descubierto que esa zona incierta se comunica de forma poco obediente con la neocorteza (el sitio de almacenamiento definitivo de los recuerdos, para controlar rápidamente la formación de la memoria).
Los investigadores sostienen que el estudio de la memoria tiene implicaciones que van desde su tratamiento y los trastornos de ansiedad, hasta la inteligencia artificial y el diseño eficiente de ‘hardware’ y ‘software’ y por lo tanto; es de gran importancia.
Cabe mencionar, que para formar recuerdos el cerebro necesita construir asociaciones entre las señales sensoriales que vienen ‘de abajo hacia arriba’ (o de afuera hacia adentro) del entorno y las señales ‘de arriba hacia abajo’ (o de adentro hacia afuera); generadas internamente que transmiten información sobre experiencias pasadas y los objetivos actuales. Estas señales de arriba hacia abajo continúan siendo enigmáticas y, por lo tanto; son un foco importante de la investigación actual.
Por su parte, la doctora Anna Schroeder, primera autora del estudio, decidió centrarse en un núcleo subtalámico predominantemente inhibidor, la zona incierta (también conocida como ‘zona incerta’ o ‘zona de incertidumbre’); para abordar esta importante cuestión.
Descubren qué función tiene una misteriosa zona del cerebro
También se señala, que aunque la función de esta región cerebral sigue siendo una incógnita, los hallazgos preliminares de estos investigadores indicaron que la zona incierta envía proyecciones inhibitorias que inervan (transmiten estímulos nerviosos); selectivamente regiones de la neocorteza que se sabe que son importantes para el aprendizaje.
«Los resultados fueron sorprendentes»; recuerda Schroeder. «Si bien aproximadamente la mitad de las sinapsis desarrollaron respuestas positivas más fuertes durante el aprendizaje, la otra mitad hizo exactamente lo contrario.
En efecto, lo que observamos fue una redistribución completa de la inhibición dentro del sistema debido al aprendizaje»; explicó Schroeder. Por lo tanto, esto sugiere que las sinapsis de la zona incierta codifican la experiencia previa de una manera única y bidireccional. Las proyecciones de esta zona codifican la relevancia aprendida de los estímulos sensoriales.
También, descubrieron que estas proyecciones inhibidoras forman preferentemente conexiones funcionales con otras neuronas inhibidoras en la neocorteza; creando, de hecho un circuito desinhibitorio de largo alcance. Así que «Esta conectividad implica que una activación de la zona incierta debería resultar en una excitación neta de los circuitos neocorticales«; sostiene Schroeder.