Los cavernícolas y los seres humanos coexistieron en varios rincones de Europa, como el norte de España; durante más de 2.000 años, lo que abrió la puerta a la mezcla de ambas especies, según un estudio publicado este jueves.
El informe, publicado el jueves en la revista Scientific Reports, no aporta ninguna prueba directa de la interacción entre esas dos poblaciones, hace unos 40.000 años.
Pero los científicos saben que hubo contacto, gracias al trabajo, entre otros, del recién galardonado con el Nobel de Medicina, el paleogenetista sueco Svante Paabo; que demostró que buena parte de la población mundial conserva restos de ADN de los neandertales.
Lo que falta por averiguar es «en qué región específica ocurrieron» esos posibles encuentros, resalta el principal autor del estudio, Igor Djakovic, estudiante de doctorado de la universidad holandesa de Leiden.
La duración de su coexistencia tampoco está totalmente clara.
Los seres humanos y cavernícolas compartieron “ideas”
El equipo de Leiden examinó mediante carbono-14 un total de 56 objetos, atribuidos a partes iguales a neandertales; y a homo sapiens, hallados en 17 yacimientos en Francia y el norte de España.
Los investigadores utilizaron la datación de esos restos, entre ellos huesos y cuchillas de piedra atribuidos a los últimos neandertales; para crear modelos estadísticos de probabilidad de cruces.
La conclusión es que los neandertales desaparecieron hace entre 40.870 años y 40.457 años atrás, mientras que los humanos «modernos» aparecieron en esta parte del continente hace aproximadamente 42.500 años. Es decir, que ambas especies coexistieron sobre un periodo de 1.400 a 2.900 años.
Es un periodo que coincide con “una gran difusión de ideas” en esas respectivas poblaciones, explica Igor Djakovic a AFP.
La forma cómo los homo sapiens producían objetos, desde utensilios a adornos, cambió sustancialmente, explica ese experto.
Y los neandertales también cambiaron “bastante radicalmente” su manera de fabricar sus respectivos utensilios, imitando a los de los seres humanos.
Ese fenómeno reforzaría la tesis que explica la desaparición de los neandertales. “Fueron absorbidos en nuestro patrimonio genético” indica este investigador de la universidad de Leiden.